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Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su
conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes,
reprobados en cuanto a toda buena obra. [Tito 1.15‐16]
F. Pablo sabía que había falsos convertidos aun en la Iglesia del primer siglo, durante su
ministerio. Por esto, exhortó a los creyentes a examinarse para ver si estaban en la fe.
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que
Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? [2Cor 13.5]
G. Demas es un buen ejemplo de este tipo de “tierra” (de corazón; de “creyente”). Su conversión
fue falsa y por tanto con el paso del tiempo él se apartó de la fe amando este mundo.
Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica... [2Tim 4.10]
i. El que ama este mundo es enemigo de Dios.
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser
amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. [Stg 4.4]
ii. El enemigo de Dios (el que, como Demas, ama este mundo) necesita la reconciliación
en el Señor Jesucristo. O sea, no tiene la salvación y por lo tanto debe arrepentirse de sus pecados para
poner su fe en el Señor.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados,
seremos salvos por su vida. [Rom 5:10]
3. La semilla “entre espinos” : El que oye y se va.
Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. [Mar 4.7]
Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las
riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. [Mar 4.18‐19]
A. Este es un caso de sembrarse la semilla entre “espinos”. Los espinos forman un cuadro de lo
siguiente:
i. El afán de este siglo.
ii. El engaño de las riquezas.
iii. Las codicias de otras cosas.
iv. Los placeres de la vida (que incluyen los placeres del pecado; Heb 11.25).
La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de
la vida, y no llevan fruto. [Luc 8.14]
B. Esta es otra ocasión de alguien que oye el evangelio pero que no se convierte.
i. Muchos quieren ver el principio de 2Timoteo 2.4 en este tipo de tierra.