Page 97 - complot contra la iglesia
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Se ve entonces, que los sectores dirigentes del pueblo judío habían
                    tramado la muerte de Jesús mucho antes de que fuera llevado a Pilatos, sin
                    que exista, en cambio, ningún pasaje  de los Evangelios que indique alguna
                    intención o plan de los romanos tendiente a realizarla.
                           San Juan consigna que habiendo sanado en sábado Jesús al paralítico,
                    los judíos lo perseguían, diciendo (capítulo V, versículo 18):
                           “18. Y por esto los judíos tanto más procuraban matarlo: porque no solamente
                    quebrantaba el sábado, sino porque también decía que era Dios su Padre, haciéndole igual a
                    Dios...” (55).
                           En el Evangelio de San Lucas, el apóstol nos relata cómo estando Cristo
                    en Nazaret fue el sábado a la sinagoga y empezó a predicar, causando gran
                    disgusto en muchos de los asistentes  con sus prédicas. Dice el evangelista
                    (capítulo IV, versículos 28, 29):
                           “28. Y fueron en la sinagoga todos llenos de saña, oyendo esto. 29. Y se levantaron, y lo
                    echaron fuera de la ciudad: y lo  llevaron hasta la cumbre del monte, sobre la cual estaba
                    edificada su ciudad, para despeñarlo” (56).
                           Si en su propio pueblo intentaron matarlo, quiere decir que, los deseos
                    de asesinarlo eran generales, no sólo confinados a los dirigentes judíos de
                    Jerusalén.
                           Nuevamente San Juan señala (capítulo VII, versículo 1):
                           “1. Y después de esto andaba Jesús por la Galilea, porque no quería pasar a la Judea,
                    por cuanto los judíos le buscaban para matarle” (57).
                           Más claro no puede ser este pasaje. En toda Judea los judíos buscaban
                    a Jesús para matarlo; mas no habiendo llegado su hora El prefería no entrar a
                    esa región.
                           Fueron varios los intentos y conjuras previas para matar a Jesús; fueron
                    los judíos también y no los romanos los que prepararon la conspiración final
                    que dio como resultado su muerte.

                           TESIS TERCERA.- Fueron los judíos y no los romanos los instigadores y
                    verdaderos responsables del crimen. PRUEBAS:
                           En el Evangelio de San Lucas (capítulo XXII), dice el apóstol:
                           “1. Y estaba ya cerca la fiesta de los Azimos, que es llamada Pascua. 2. Y los príncipes
                    de los sacerdotes, y los Escribas, buscaban cómo harían morir a Jesús...” (58).
                           A su vez, en el Evangelio según San Juan (capítulo XI), se encuentra lo
                    que sigue:
                           “47. Y los príncipes de los sacerdotes, y los fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué
                    hacemos, porque Este hombre hace muchos milagros? 49. Mas uno de ellos llamado Caifás, que
                    era el sumo pontífice de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada. 50. Ni pensáis que os
                    conviene que muera un hombre por el pueblo, y no que toda la nación perezca. 53. Y así desde
                    aquel día pensaron cómo le darían la muerte. 54. Por lo cual no se mostraba ya Jesús en público
                    entre los judíos...” (59).
                           San Lucas dice que fueron los judíos y no los romanos quienes
                    sobornaron a Judas, para que entregara a Cristo (capítulo XXII):
                           “3. Y Satanás entró en Judas, que tenía por sobrenombre Iscariotes, uno de los Doce. 4.
                    Y fue, y trató con los príncipes de los sacerdotes, y con los magistrados, de cómo se lo
                    entregaría. 5. Y se holgaron, y concertaron de darle dinero. 6. Y quedó con ellos de acuerdo. Y
                    buscaba razón para entregarlo sin concurso de gentes” (60).
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