Page 52 - LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
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De donde yo saco la conclusión que, según la Ley Natural, el derecho radica en la fuerza.
La Libertad Política es una idea y no un hecho. Se necesita saber aplicar esta idea
cuando es necesario atraer las masas populares a un partido con el cebo de una idea, si
ese partido ha resuelto aplastar al contrario que se halla en el poder. Este problema
resulta de fácil solución si el adversario se mantiene en el poder en virtud de la idea de
libertad, de eso que se llama Liberalismo, y sacrifica un poco de su fuerza en obsequio de
esa idea: Libertad.
Y he aquí por dónde ha de llegar el triunfo de nuestra teoría: una vez que se aflojan las
riendas del poder, inmediatamente son recogidas por otras manos, en virtud del instinto
de conservación, porque la fuerza ciega del pueblo no puede quedar un solo día sin tener
quien la dirija, y el nuevo poder no hace otra cosa sino reemplazar al anterior debilitado
por el Liberalismo. En nuestros días, el poder del oro ha reemplazado al poder de los
gobiernos liberales.
Hubo un tiempo en que la fe gobernaba. La idea de libertad es irrealizable, porque nadie
hay que sepa usar de ella en su justa medida. Basta dejar al pueblo que por algún tiempo
se gobierne a sí mismo, para que inmediatamente esta autonomía degenere en libertinaje.
Surgen al punto las discusiones, que se transforman luego en luce pararán los reyes y sus
herederos, escogiendo estos últimos, no según el derecho hereditario, sino teniendo en
consideración sus cualidades sobresalientes; los iniciarán en los más ocultos secretos de
la política; en los planes de gobierno, siempre bajo la condición de que nadie llegue a
penetrar esos secretos.
El objeto de esta manera de proceder es que todo el mundo sepa que el gobierno no
puede ser puesto en otras manos sino en las de aquellos que están iniciados en los
misterios del arte de gobernar. Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los
planes políticos, las enseñanzas de la experiencia de los siglos; todas nuestras
observaciones sobre las leyes político-económicas y sobre ciencias sociales ; en una
palabra, todo el espíritu de estas leyes que la naturaleza misma ha establecido como
infalible para normalizar por ellas las relaciones de los hombres.
Muchas veces los herederos directos serán excluidos del trono, si en el tiempo de sus
estudios dan pruebas de ligereza, de dulzura de carácter y de otras de esas cualidades o
defectos que son perjudiciales en el poder y que hacen ineptos a los hombres para
gobernar y dañan la actuación propia de un jefe de Estado.
Sólo a estas personas se les enseñará la aplicación de los fines firme e inflexiblemente,
hasta cruelmente, si es necesario, y recibirán de manos de nuestros sabios las riendas del
poder. En caso de alguna enfermedad que pudiera ser causa del debilitamiento de la
voluntad, los reyes deberán, conforme a la ley, abdicar en otras manos que sean capaces
de sostener con la firmeza necesaria las riendas del gobierno.
Los planes de acción del rey, planes inmediatos que haya de trazar por razones
imperativas de inmediata necesidad, sus planes más remotos todos quedarán ignorados
aun de aquellos que se le asignen como primeros consejeros. Sólo el rey y sus tres
mentores conocerán lo por venir.