Page 37 - MANOA VR E.I.
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Dos semanas después del encuentro con la figura misteriosa todos se reúnen una
vez más en el faro para reconocerse. – Farsantes ¿Por qué están aquí? – Les preguntas a
los agentes. Pero nadie quiere responder. – Estamos a tres días de dar un golpe muy gran-
de, pero quiero conocer sus razones – añades – Lo importante no es la razón por la que es-
tamos aquí… sino porque alguien tiene que hacerlo. Al menos es un propósito – Responde
el agente No.4 mientras los demás asienten con la cabeza – Todos tuvimos dudas desde
que iniciamos en la agencia. Pero con el tiempo entendimos que este es nuestro trabajo
– Añade el agente No.6 - ¿Conocen a la figura misteriosa? – Preguntas a los agentes –
¿Tienes dudas sobre él? Se ha contactado con todos… Quizá de las maneras más extrañas
y sospechosas. Pero hace parte de nosotros y vela por nuestra seguridad. No sabemos sus
intenciones ni qué quiere con la agencia. Pero siempre está detrás de todo, anticipándose
y actuando desde el anonimato. Siempre está un paso por delante. – Afirma el agente
No.5 – Entonces estamos juntos en esto. Y les agradezco por eso. – Finalizas – En dos días
todos los medios de comunicación hablarán de esto y lo expondrán todo. Ya que estamos
listos, sólo podría confiar en ustedes para esto –.
(Es hora del gran golpe para Lucía y Olga)
Fase 3.
La Fase 3 estuvo centrada en las sesiones de grabación, concebidas no solo como
un procedimiento técnico, sino como un acontecimiento creativo y disciplinar en sí mis-
mo. En este espacio, los integrantes de La Farsa trasladaron a la cámara las acciones
físicas y gestuales que habían construido en la fase previa, enfrentándose al desafío de
sostener la verosimilitud y la atmósfera narrativa en un entorno controlado y abstracto
como el croma.
Cada sesión implicó repetir, ajustar y depurar los movimientos, en un proceso
que recuerda lo que Boal (1979) denomina el trabajo del “espect-actor”: sujetos que no
solo interpretan, sino que producen sentido desde la acción. La repetición de gestos co-
tidianos —mirar con desconfianza, caminar con pesadez, encender un cigarrillo, vigilar
en silencio— adquirió un carácter dramatúrgico, porque condensaba la tensión y la me-
moria del personaje de Víctor y de quienes lo rodeaban. Como señala Grotowski (1968),
el trabajo del actor se mide en la calidad de la acción física, en su precisión y densidad,
más que en la palabra pronunciada.

