Page 14 - Libro para Angi
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2 Alas de libertad
Serafin le gustaban las carreras, le apasionaba la velocidad y
participaba en competencias de motos y de coches. Un buen
dfa ya estaba montada, a veces en la moto, o en el coche. Apos-
taba con el y no era raro que yo lo venciera, alimentando de
esta manera mi temeridad que parecfa no conocer lfmites. Ni siquiera
el ser madre y tener la responsabilidad de una bebe lo era. Habfa una
limitante: la temeridad de Serafin, esa de volar, para mf era una locura.
Y asf se lo decfa constantemente.
-Andar volando es una locura. El paracaidismo es un deporte
paradementes. No entiendo aque horas te agarr6 esaobsesi6n. Ni creas
ni esperes que me ponga alguna vez un paracafdas. Te acompafio a las
motos ya los coches, pero (,tirarme de un avi6n como una loca? ahf sf
que no cuentes conmigo.
Como lo acompafiaba a las practicas, conocfa la teorfa de la tec-
nica a la perfecci6n y sin haber saltado nunca llegue a dar yo misma
instrucci6n. Sin embargo, fue inevitable el dfa en que probara la emo-
ci6n singular y excitante del paracaidismo.
En ese tiempo, por iniciativa del secretario de la Defensa, general
Juan Arevalo Gardoqui, se empez6 a formar un equipo de cincuenta
mujeres paracaidistas. Se gun Serafin, por celos me metf al equipo. Te-
nfa raz6n habfa que tener cuidado con tantas mujeres a su alrededor.
Ingrese a un intenso y exigente entrenamiento de seis meses. Tenfamos
que llegar a correr veinte kil6metros en un tiempo determinado, saltar
desde una torre muy alta, hacer ejercicios especiales de tobillos y panto-
rrillas, conocer el equipo a la perfecci6n, aprender a doblar el paracafdas,
prepararnos psicol6gicamente para el salto, aprender a caer de acuerdo al
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