Page 44 - Libro para Angi
P. 44
SAL TO DE AMOR POR LA VIDA
movimiento. Obviamente, no el movimiento de una persona "normal"
pero sf un grado de movilidad que por la severidad de mi accidente se
pronosticaba imposible.
La intensidad del sufrimiento desemboc6 en una depresi6n pro-
funda, que me llevaba a pasar semanas enteras en silencio, sin hablar,
sin querer moverme, sin desear siquiera abrir los ojos. Me invadfa un
miedo profundfsimo, espantoso, una angustia insoportable al no poder
aceptar mi realidad: tan to tiempo luchando y mi condici6n permanecfa
igual; sin vislumbrar siquiera volver a ser la misma de antes. Era
imposible concebirme sin movimiento y me parecia que el prop6sito de
mi vida se habfa terminado. La esperanza y el coraje queen otras eta pas
habfa sentido como una hoguera, se extinguieron poco a poco y ahora
no quedaban sino cenizas. Asf, a tres aftos del accidente, me encontraba
inm6vil, so la, encerrada entre cuatro paredes, sin ninguna ilusi6n y con
una depresi6n de mas de tres meses en la que rondaba la posibilidad de
matarme.
"Mis hijos, pensaba, sufriran un tiempo por mi ausencia, pero
despues saldran adelante". Estaba convencida de que la soluci6n de mi
sufrimiento y la de aquellos que me rodeaban, era la muerte. Durante
mi prolongadfsima estancia en el hospital, desfilaron para sacarme de
la depresi6n, cuantos psic6logos y psiquiatras puedan imaginar. Si los
contara dirfa que fueron alrededor de cuarenta. Ninguna de estas
eminencias logr6 despertarme un ligero anhelo de vida, o la esperanza
de algo mas que la inmovilidad. En mi casa, con menos ayuda, la
posibilidad de salir adelante parecia mucho mas remota.
Entonces ocurri6 un milagro. Gracias a el mi vida dio un giro mas
dramatico que con el accidente mismo. Y lo digo no en un sentido
metaf6rico, sino en el mas real que conozco.
Unas vecinas habfan escuchado de mi madre queen tres meses
.::asi no me habfa movido ni abierto los ojos. Me daban de comer a fuerza
y yo gritaba irritada a quien se me pusiera enfrente. Esta vecina me
convenci6 de recibir a dos terapeutas: Martha y Marcela. ;_,Que mas me da-
b a si venfan o no? Nada ni nadie era capaz de cambiar lo que me estaba
pasando. Acepte con indiferencia.
49