Page 21 - 2010_8.3
P. 21
Anexo: Testimonio de una médica
residente ante la violencia obstétrica institucionalizada
sobre la posibilidad de un parto sin dolor, satisfactorio y empoderado, en el cual las mujeres no fueran las víctimas
sino las protagonistas, se reían. Les parecía una idea absurda e imposible, a pesar de la existencia de múltiples
evidencias. Simplemente no lo podían considerar.
Por esto, después de unos cuantos meses, decidí que no quería seguir con eso. Es muy fácil dejarse llevar por la
ambición. Más que el dinero, lo más seductor es el poder. Es agradable que todos te respeten y te llamen doctora,
que hagan todo lo que indiques solo porque tienes un título y se supone que sabes más. Sin embargo, ese poder se
alimenta con el miedo y la ignorancia de las pacientes y no es el tipo de respeto que deseo.
Me di cuenta de que lo que yo buscaba no se encontraba ahí. No tengo ganas de abrir úteros y quitarlos, ni de
parto feLiz y sin vioLencia...
someter a nadie. Únicamente quiero atender partos, procurar partos felices y llenos de amor, no de pánico, sino
partos sin violencia, partos de vida. Yo sé que esos partos sí existen, porque mi propio nacimiento fue uno de ellos,
aunque toda la formación médica que recibí haya tratado de negarlo. Sé que aún son escasos porque, en mi opinión, el
personal de salud de este país se encuentra mal capacitado y tiene un ego demasiado grande. Eso afortunadamente
puede cambiar, porque habemos algunas/os que así lo creemos, lo queremos y lo vamos a llevar a cabo para que
pronto sean más numerosas las parejas con experiencias agradables alrededor del nacimiento de sus hijos e hijas.
Julio de 2010
México, Distrito Federal
GÉNERO Y SALUD en cifras
Septiembre - Diciembre 2010 19