Page 10 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
P. 10

CAPÍTULO DOS











                  T
                              agaste,  era  un  pueblecito  de  África  del  norte  que


                              cultivaba  el  encanto  de  la  convivencia  entre  sus

                              habitantes.  Allí  todos  se  conocían,  compartían  las


                  costumbres  y  disfrutaban  las  contiendas;  se  conocían  los

                  secretos y compartían, lógicamente, la pobreza; excepto las

                  autoridades:  políticos,  militares  y  comerciantes;  como  es


                  común  en  todas  las  sociedades.  Patricio,  por  ejemplo,  era

                  pobre pero su trabajo le permitía una vida tranquila, pues no le


                  faltaba la comida. ¡Bueno!, tampoco el trago y sus amantes.




                  Los  momentos  privilegiados  para  las  mujeres  eran  aquellos

                  donde,  las  señoras,  iban  al  mercado.  Entre  ellas,  se  oía  el


                  murmullo de los comentarios que, sinfónicamente, detallaban

                  lo que a diario pasaba en aquel lugar. Otras veces simplemente


                  conversaban de sus asuntos familiares, mostrando las marcas

                  de los golpes que algunas no podían ocultar. Se quejaban de






                                                             14
   5   6   7   8   9   10   11   12   13   14   15