Page 106 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
P. 106
cerebros. En esta ocasión la voz de Daniel salía de su boca.
—Tres mil días —dije mientras asentía filosóficamente.
—¡Huy, es un chorro de tiempo! —contestó el pequeño.
Como los humanos son muy dados al olvido, sobre todo de los asuntos que
tienen que ver con la fantasía, por un momento temí que Daniel hubiera olvidado
nuestro pacto.
—Recuerdas nuestro compromiso, ¿verdad?
—Pues claro, Chong Lee.
—Entonces no hay tiempo que perder. Tú quieres convertirte en fantasma y yo
necesito conquistar el amor de una mujer. Lo mejor es que nos pongamos a
trabajar lo antes posible.
Calma, calma, todo a su tiempo, la tranquilidad es hermana de los proyectos
felices, expresó Daniel utilizando el mismo idioma con que se comunicaba
conmigo cuando era bebé. La suavidad de sus movimientos, casi una
coreografía, contrastaba enormemente con el tono de su voz. Supongo que tú
también, mi avispado Arroyuelo, habrás notado el contraste.
—¿A poco ya tienes lista la primera clase? —preguntó el pequeño.
—Pues, la verdad, no —contesté al darme cuenta de que mucha madurez, mucha
madurez, pero no tenía la más mínima idea de cómo haría para convertir a un
niño común y corriente en un fantasma con todas las de la ley.
—Yo, por ejemplo, necesito saber más cosas sobre ti —me explicó Daniel.
—¿Qué cosas?
—Me tienes que contar el chisme completo para saber por qué te prohibieron la
entrada a Un dragón morado y otros contratiempos.
—Preferiría mantenerlo en secreto. No vale la pena rascarle a ese asunto.
—Para poder enseñarte los secretos del amor necesito conocer todos los detalles