Page 110 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
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—Pero, Daniel —dije muy serio y apenado a la vez—, la única pareja que

               conocemos en común son tus padres, y perdona pero yo no quiero que mi
               relación con Grete sea parecida a la que ellos llevan… Son una pareja
               maravillosa, divina, encantadora, pero muy a su estilo —expuse con mucho
               tacto.


               —No hay de otra.

               —Mira, Daniel, soy un fantasma. He ido al monte Iwato. Allí he saludado al

               cielo, me he postrado ante Avalokitesvara y me he sentado frente a los Budas.
               Soy un lector asiduo del Tremendario. He logrado traspasar las fronteras de la
               ficción y la realidad para meterme en las páginas de un libro. Medité tres mil
               días y tres mil noches dentro de una botella de refresco. Soy íntimo amigo de la
               Bongolé. Sin embargo, tú no tomas en cuenta ese currículum maravilloso y me
               pides que, como modelos a alcanzar dentro del arte de las relaciones amorosas,
               tome el ejemplo de tus padres.


               —Pues es que no hay otros, ¿a quién más se te ocurre que podamos estudiar?


               —No sé… No sé… Debe de existir alguien. Yo no quiero que Grete me diga
               Mirrifláis. Está muy cursi. ¡Te lo suplico, por favor! Eso de Mirrifláis bórralo.
               Tengo un nombre precioso y no estoy dispuesto a renunciar a él así como así.


               —A veces mamá cambia y le dice Pipirifláis.


               —¡Está peor!

               —¿Muñequiux?


               —¡Jamás!


               —¿Capullito?


               —Nunca.


               —¿Pedacito de sol?


               —Imposible.


               —¿Mi nenito?
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