Page 163 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
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Esa misma noche, una vez que terminé de cantar junto con el acompañamiento
de los duendes, cumplí con aquello de hablar y hablar y hablar, pero no ante las
(puntiagudas) orejas de Grete sino ante Lorena, la atenta encargada de la barra
de El Tomo Olvidado, quien me invitó un par de expresos para bajarme el mareo
provocado por la leche.
—Creo que tu novia se fue algo molesta, ¿no?
—Grete no es mi novia aún. Pero ya verás que dentro de muy poco tiempo la
niña más hermosa del mundo será mi prometida —le indiqué a Lorena
haciéndole el típico guiño del conquistador—. Y la verdad, no creo que se haya
ido tan enojada.
—Será que así es siempre —expresó la joven, casi con un suspiro, al tiempo que
desde el otro lado de la barra le sacaba brillo a una azucarera.
—¿Qué quieres decir?
—Todos los días viene al café con el ceño fruncido.
—Deben de ser las presiones. Ser la estrella de un libro no ha de ser nada fácil.
—Grete no es la estrella de ningún libro. El personaje principal de esta historia
es el dragón morado —me indicó Lorena con un tono de cierto enfado.
—Pues para mí Grete Nikolaievna no sólo es la protagonista de esta historia,
sino que es también el personaje más hermoso de toda la literatura universal —y
entonces comencé a enumerar las cualidades de mi amada—: sus ojos, su pelo,
su voz…
—Sus orejas puntiagudas —agregó Lorena, y a decir verdad los dos nos reímos
un poco—. Ya no me hables de Grete, me estás aburriendo, mejor cuéntame un
poco de ti —me pidió mi nueva amiga.
Le di un sorbo al segundo expreso y entonces me solté hablando hasta el
amanecer. Era muy pronto para saberlo, pero esta conversación habría de
cambiar el rumbo de mi historia.