Page 112 - Fantasmas, espectros y otros trapos sucios
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Armandito saltó, ¿a pesar de ser monstruo no se salvaría de estudiar?
—Son clases muy útiles —aseguró el primo Felipe—. Te van a servir
muchísimo. La abuela nos enseña sobre la división biológica que hay entre
nosotros.
—Además te vas a enterar de la vida de monstruos famosos —aseguró Berta—.
Es muy interesante conocer a nuestros ancestros.
—A mí me gusta la clase sobre cuidados de la piel o escamas —reconoció
Cristina.
—Yo prefiero las clases prácticas, como cuando nos enseña a nadar en pantanos
—comentó Sebastián.
—Aunque la clase de leyes es muy aburrida —suspiró Berta.
—Pero es importante —señaló el primo Felipe—. Nosotros también tenemos
leyes que debemos cumplir y hay que conocerlas de memoria para cuando llegue
el día de la liberación.
Todos se estremecieron al escuchar la última palabra.
—¿Liberación? ¿Y eso qué es? —preguntó Armandito, confundido.
—No siempre estaremos aquí —reveló el primo Felipe—. Cuando lleguemos a
la mayoría de edad y completemos la instrucción básica, tenemos que ser
liberados y comenzará la verdadera vida… ¡Es muy emocionante! Seremos
adultos y si queremos, hasta podremos casarnos.
—Tú no vas a tener problemas en ese aspecto —dijo Rosario en voz baja—.
Eres muy apuesto.
—¿Lo crees? —preguntó Armandito en tono dudoso.
—Es increíble tu color de escamas —aceptó Rosario haciendo vibrar sus púas.
—¡A Rosario le gusta Armandito! —gritó Sebastián divertido.
Todos lanzaron silbidos, borboteos, chasquidos. Armandito lo interpretó como