Page 64 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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vida de esclavitud.


               A pesar del imperativo tono del mago, el gnomo permaneció inmutable. Sus ojos
               miraban de frente a Rigardo, que parecía embriagado de poder debido a su
               sobresaliente dominio de la magia.


               —La condición de mi pueblo no es ahora el tema, sino la solicitud que el
               heredero del Trono de los Árboles Eternos hace ante usted —pronunció con voz
               clara el gnomo, aún de rodillas.


               —Sabes bien que un servidor de la magia no podría negarse a escuchar tu
               solicitud, pero hago votos por que estés consciente de que escucharla de ninguna
               manera significa que haya de atenderla.


               —Lo sé, heredero de la oscuridad, y por ello agradezco aún más su escucha en
               este momento.


               Rigardo asintió, hizo una reverencia al gnomo y, como todos, prestó atención a
               sus palabras:


               —Sé bien que su papel en esta historia forma parte de un destino inexorable
               proveniente de su linaje, pues también conozco las leyes de nuestro mundo, pero
               deseo preguntarle qué motivos guían su corazón.


               El mago, que por un instante pareció titubear, obsequió una sincera sonrisa al
               gnomo antes de responder:


               —Venerable gnomo, yo no accedí a dar respuesta a pregunta alguna, sino sólo a
               escuchar una petición que ya pensaré si puedo o no considerar ahora, por lo que
               no pienso atender semejante cuestionamiento, ya que carece de importancia
               respecto al asunto que hoy me ha traído aquí.


               —Tiene razón, pero no quería dejar de preguntárselo, pues desconozco si habrá
               otra oportunidad de volver a cuestionarlo al respecto.


               La reina miró al rey, a quien algunos miembros de su guardia sostenían tras el
               embate mágico de Rigardo.


               —Puck —llamó el rey al gnomo, pero éste no atendió su llamado.
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