Page 38 - Un abuelo inesperado
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En calzoncillos, me metí en aquella cama que había sido de mi padre. Cerré los
ojos y respiré hondo, tratando de olfatear aquella habitación vacía por tantos
años. Escuché el ladrido de un perro en la calle. Se repitió. Quise levantarme
para mirar y comprobar si se trataba del famoso Tarzán, pero no pude. Incapaz.
Me dormí a los pocos segundos. Incluso menos.