Page 36 - Un abuelo inesperado
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–No lo sé, abuelo. Si quieres le pregunto a la abuela.
–No, déjalo. Mañana lo ato a la cadena como me llamo Ginés. Venga, tira a la
cama de una vez.
Me desnudé sin encender la luz de la mesilla. Tiré la ropa al suelo, como hago en
casa. Pero no estaba en mi casa. La recogí del suelo y la dejé sobre la silla, bien
ordenada. Incluso aparté las deportivas a un lado.