Page 67 - Un abuelo inesperado
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–Hola, gato –le dije inclinándome hacia delante–. Soy el nieto de Ginés. Ando a
la caza de Tarzán. Siendo gato como eres, seguro que lo conoces. Mi abuelo me
ha pedido que lo buscase, pero ya ves.
El gato se levantó y dio tres pasos hacia mí. Arrugó el hocico, bostezó abriendo
mucho la boca y estiró la cola formando una especie de flecha indicadora.
«Sígueme», parecía decirme.
–¡Miauuu!
Echó a andar calle arriba y le seguí en mi bici.