Page 117 - El disco del tiempo
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golpes en su puerta. Se levantó y se encontró con sus dos compañeros, que a
grandes rasgos le explicaron lo que había pasado.
—Me debes una —dijo Marco—, ¿a qué se debe el misterio con respecto al
motivo de tu viaje?
—Estaba a punto de contarte todo —sonrió la muchacha.
—¿Tú qué piensas del ataque que sufrimos, Nuria? —preguntó Philippe.
—¡Qué quieres que piense! Lo peor. ¿Y si por ingenuos nos metimos en el
problema de nuestra vida? ¿En una red de traficantes de piezas arqueológicas?
¿O algo peor?
—¿Qué tan peor? —preguntó Marco.
—No sé. Sacrificios humanos o canibalismo. Gente loca que contacta ingenuos a
través de la red, les paga el viaje, los mata y se los come.
—¡Oye! No somos estúpidos —reaccionó Marco— digo “somos” porque ya me
incluyo en el paquete. En este momento los tres iremos a levantar un acta donde
corresponda, reseñando el ataque que sufrimos y contando toda la historia del
disquito, de Dimitri o como se llame… y lo que resulte.
—Andando —propuso Nuria, divertida con la parrafada de su compatriota— los
tres juntos, como mosqueteros.
—Mosqueteros detectives —matizó Philippe.
—¿Ya ves? —terció Marco— nosotros sí sabemos qué son los mosqueteros y te
aseguro que tú no sabes qué es un charro.
—¿Chagggo? —repitió Philippe, sufriendo con la “r”.
Todos rieron y Nuria se metió al baño para cambiarse y acompañar a sus amigos
a la policía.
—Contrólate, Marco.