Page 174 - El disco del tiempo
P. 174
—¿Estás seguro? —preguntó Philippe.
—Nada es casual. Dimitri describió a Mijalis prácticamente como un fanático.
—Pero él fue el responsable del ataque que sufrimos.
—¿Ataque? Fue una puesta en escena para amedrentarnos. Dimitri lo dijo, ni
siquiera me rasguñó.
—A ver, más despacio —intervino Nuria—. ¿Quién robó el Disco de Festos?
—Es obvio —contestó Marco—, el mismísimo profesor Dimitri
Constantinopoulos.
—¿Y para qué nos trajo a Creta a investigar el disco? —preguntó Philippe.
—Para hacer ruido, tal vez para que fueras tú quien denunciara la sustitución del
artefacto. Y tal vez y peor aún, para inculparlos a ustedes si Mijalis demuestra su
inocencia. Ustedes son inocentes… en sentido estricto, y la policía griega no
tiene más que hacer una superficial investigación para hallar que Nuria y
Philippe son almas cándidas, que se dejaron embaucar con el señuelo de una
aventura criptográfica. Y obviamente, porque ustedes no tienen en su poder el
Disco de Festos original.
Nuria y Philippe intercambiaron una mirada.
—Queda algo pendiente, ¿por qué un prestigiado profesor de la Universidad de
Nicosia robaría un objeto así? —expresó Philippe.
—O es más fanático que Mijalis —propuso Marco—, o simplemente por el
motivo más simple del mundo: dinero.
—Por mucho dinero —murmuró Philippe.
—No sé como funcione el mercado internacional de los coleccionistas. Soy un
simple aspirante a historiador, pero supongo que habrá quien pague precios
exorbitantes por esas cosas, aunque sean robadas. Esto me da otra idea: el plan
completo del profesor era que ustedes publicaran en internet el resultado de sus
investigaciones, aprovechando los conocimientos informáticos de ambos. Los
internautas se interesarían en el disco, habría una especie de festosmanía y el