Page 133 - Diario de guerra del coronel Mejía
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—Es una pena, Coronel. ¿Qué piensa hacer?


               —Lo que corresponde, cabo. Hay que fusilarla.


               —¡Coronel!


               —Lo siento, pero es lo que indica el código militar.


               Así que se subió a la tarja de la cocina y desde ahí, arrodillado, apuntó su rifle
               hacia Sofi Fuentes, que abrazaba a Orrantia en el patio. Yo me tapé la cara con
               las manos, porque era algo muy terrible para mí que ella, tan gentil y tan bonita,
               terminara de ese modo. “Así es la guerra”, me decía a mí mismo. Pero pude
               darme cuenta, con gran satisfacción, a través del espacio entre mis dedos que el
               Coronel nunca accionó el gatillo.


               —Está hecho, cabo.


               —Lo lamento mucho, Coronel —dije, destapándome el rostro.


               —No lo haga. Así es como terminan los traidores. Corra la voz entre la tropa.


               —Sí, Coronel.





               QUERIDO PONCHO PUNTO NO ESTÉS TRISTE PUNTO LAS
               APARIENCIAS ENGAÑAN PUNTO ADEMÁS RECUERDA QUE YA FALTA

               POCO PARA TU CUMPLEAÑOS Y EL ALMIRANTE PROMETIÓ ASISTIR
               PUNTO DESDE MÉRIDA PERO EN LA COLONIA ROMA JA JA JA TU TÍO
               MANOLO





               Sun Tzu ha dicho: “Finge estar en inferioridad de condiciones, estimula su
               orgullo”.






               El miércoles 5 no volvió a plasmar nada el Coronel en su diario. Acaso porque
               ya comenzaba a abrigar ciertas dudas. En cierto momento yo se lo pregunté y se
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