Page 136 - Diario de guerra del coronel Mejía
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—Bueno.


               Comieron chocolate hasta que murió la tarde. Luego, se separaron sin
               despedirse. Al volver al cuartel, el Coronel estuvo lanzando bolitas de papel
               mojado sobre el dibujo de Bola de Arroz que tenía en su recámara, tratando de

               no errar ningún tiro.
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