Page 80 - Escalera al cielo
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como un sedoso halo, mas en la médula de esa alegría
no ocurría nada, no, solo la tristeza, la infinita tristeza
de no estar contigo para gozar del gran Circo del Cielo.
Así, el espectáculo culminó en su punto más alto
y a la vez en el más bajo. Antes de partir, en medio
de luces que se encendían y se apagaban, quise acercarme
al hombre de los bigotes puntiagudos para reprocharle
la tristeza de tu mamá, la mía propia, pero entre aquella
caótica muchedumbre ya se había esfumado.