Page 76 - Escalera al cielo
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Así desfilaron los seres queridos; así hicieron acto
de presencia los ausentes, uno tras otro, en esa lotería
de los sentimientos, en la que esperábamos impacientes,
tu mamá y yo, que nuestro número saliera premiado.
En su demencial carrera, el tiempo nos dio alcance
y el acto del doctor Swedenborg terminó,
desatando la rechifla de quienes carecimos de la gracia
de contemplar una vez más a nuestros seres ausentes.
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El alumno de ceremonias despidió al sueco Swedenborg
y anunció el siguiente acto. La representación
de una antigua fábula fantástica, llena de aventuras
y vuelos de verdad. Dos niños en harapos, dos niños
de espiritual flacura, se elevaron grácilmente.
Detrás de ellos, una gran pantalla circular
proyectó un sendero entre las nubes:
los niños volaron a través de selvas y desiertos,