Page 49 - La vida secreta de Rebecca Paradise
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Acabáramos. Resulta que los niños de mi escuela número cuatro no se
conformaban con burlarse de ti en clase. Tenían servicio a domicilio.
–¿Qué... qué... quién eres?
–Tu vecino de abajo, del quinto. Y estamos en la misma clase.
Se llamaba Álex Mackenzie y no se estaba burlando de mí. Tampoco estaba
acatarrado. Simplemente, tenía aquella voz.
–He venido detrás de ti todo el camino, y anteayer te vi subiendo cajas con tu
padre.
–Ah –no sabía qué decir, ni si debía invitarle a entrar.
–Bueno... –suspiró, como si todo aquello fuera lo más normal del mundo–. Te
preguntaba si tienes algún plan para ir a rescatar a tu gato.
Me pilló desprevenida. Es el tipo de preguntas difíciles que la gente hace sobre
mis historias.
–Es... es demasiado caro mandar una nave al espacio solo para buscar un gato –
se me ocurrió decir.
–Cierto –contestó, y luego reflexionó un instante–. Pero a lo mejor podría
localizarse con un telescopio.
¿Un telescopio? La verdad es que me sentía un poco tonta hablando sobre
aquello.
–Sí –dije, haciendo ver educadamente que iba a cerrar la puerta–. A lo mejor.
Álex adelantó una de sus enormes pantuflas hacia casa. Si daba un portazo en
aquel momento, uno de los robots gemelos de La guerra de las galaxias iba a
pasarlo mal.
–Ahora existen telescopios muy potentes. Lo leí en una revista. Mis padres
tienen un montón de revistas científicas, con fotos.