Page 70 - La vida secreta de Rebecca Paradise

–¿Un qué?

–Un alias. Un apodo, un nick, un mote...

–¿Un mote? ¿Estás mal de la cabeza? No voy a ponerme «Úrsula la Chalada».

–No es eso. Tienes que pensar algún nombre que te guste para tu nueva
identidad.

Nueva identidad. Eso era exactamente lo que buscaba.

La verdad es que no tuve que pensármelo mucho. Hay un nombre que siempre
me ha encantado, un nombre estupendo que, por algún motivo, mis padres se
olvidaron de ponerme cuando nací:

–Pon Rebecca. Quiero llamarme Rebecca. Escríbelo.

Álex tecleó el nombre en un suspiro. Sus dedos parecían saber de memoria
dónde estaba cada letra. Solo se equivocó en una cosa.

–No, no. He dicho Rebecca. R-e-b-e-c-c-a. Con dos ces.

Álex añadió una ce a mi nuevo nombre.

–Rebecca –repitió en voz alta–. No sé... ¿Solo Rebecca?

Miró hacia arriba buscando inspiración y sus ojos se toparon con el póster de la
playa y las palmeras. «I LIVE IN PARADISE», insistía el letrero.

–¿Qué te parece «Rebecca Paradise»? Suena muy bien. Tiene algo.

Sinceramente, a mí también me gustó, aunque se le hubiera ocurrido a él. O tal
vez es que a mi nuevo yo le caía mejor Álex. El caso es que me quedé con
Rebecca Paradise. De repente me pareció que con un nombre como aquel nada
podía salir mal.

–¿Y ya está listo el glob? –pregunté, un poco impaciente.

–El blog –me corrigió Álex–. Y no, aún quedan un montón de cosas por hacer.

Era curioso. Delante de su ordenador, Álex parecía un niño mucho más seguro y