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Bases del aprendizaje deportivo. Tema 4 – La programación y su aplicación didáctica
intentando que entre en el campo contrario; lo mismo, pero cayendo en el cuadro de saque; si
ya tienen mucha soltura, lo mismo, intentando dar a un bote de pelotas, …
Así, en este ejemplo, la habilidad motriz a obtener sería el saque, y para ello se han
utilizado diferentes tareas que me hay ayudado a obtener esa habilidad. Igualmente, en el
proceso, se ha producido un aprendizaje progresivo, ya que las tareas se han ido ordenando de
menor a mayor dificultad. Esa progresión va a ser fundamental para que mis deportistas sean
capaces de aprender muchas tareas, especialmente cuando estas sean complejas.
Por lo tanto, dentro de la planificación, deberé programar las tareas a realizar dentro
de una actividad, ya sea esta de día, periódica, anual, etc… Esta programación deberé hacerla
teniendo en cuenta todos los factores ya comentados en la programación y así definiré la
dificultad de las tareas, la duración de las mismas, materiales, etc…
4. PLANIFICACIÓN DE UNA SESIÓN DEPORTIVA:
Una vez visto cómo funcionan la programación, la evaluación y las tareas motrices,
vamos a ver lo que sería una sesión deportiva. La sesión deportiva sería la puesta en práctica
de la programación vista anteriormente, poniendo lógicamente atención en todos los factores
comentados (del deportista y de la actividad).
Podríamos definir la sesión como la unidad mínima completa de la que constaría el
entrenamiento de un deportista. Así, la sesión puede tener una duración diversa (en función
del tipo de deporte, puede durar desde 45 mins. a 1 día entero) y puede ser una sesión única
(una persona que viene un día a una clase) o ser un continuo de sesiones (un deportista que
entrena durante una temporada completa).
Debemos tener en cuenta que una sesión por si sola sin objetivos concretos a medio o
largo plazo no tiene la misma efectividad que si se engloban en un plan de trabajo de orden
superior (lo cual no significa que no se pueda disfrutar de una sesión muy formativa y amena).
Una sesión deportiva debe estar bien preparada (en cuanto a contenidos, duración de
los mismos, etc.), pero eso no significa que no deba ser flexible, es decir, que aunque yo tenga
una estructura clara de una sesión, si sobre la marcha considero oportuno modificarla, no hay
problema en hacerlo, siempre que tenga un objetivo concreto (si por ejemplo he organizado 5
actividades de 10 minutos cada una y veo que una de ellas se queda corta de tiempo porque la
gente lo está disfrutando mucho, puedo seguir haciéndola hasta que vea que empieza a perder
interés, aunque eso signifique reducir alguna de las otras). Como factores a tener en cuenta en
la sesión, podríamos tener: edad, experiencia, estado de forma, momento de la temporada,
objetivos, materiales, etc…
La estructura de la sesión puede ser variable, aunque suele presentar 3 partes
distintas: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma.

