Page 150 - Anónimo. - Leabhar Ghabhala - Libro de las invasiones [1988]
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de muerte natural.  Reffill, hijo de Noenius, tomó el rei­
        no después de esto, hasta que cayó ante Tai, hijo de Oga-
        main, por el  bien  del reino.  Tai,  hijo  de  Ogamain,  hijo
        de Beoamain, tomó el reino hasta que cayó ante Reffloir,
        hijo de Reffill. Se originó una disputa entre este Reffloir
        y Agnomain,  hijo  de Tai,  hijo  de  Ogamain, por el bien
        del reino, y estuvieron cuatro años en esa situación, has­
        ta que Refflor al final cayó ante Agnomain.
           137.  Este Reffloir, hijo de Reffill, tuvo dos hijos bue­
        nos, Noenbal y Reffloir, que se levantaron a la vez con­
        tra Agnomain, hijo de Tai, para obtener el reino, por lo
        que no hubo paz entre ellos. Muchas batallas y combates
        se libraron uno  contra el otro, por lo  que Reffloir, hijo
        de Reffill, al final expulsó de Escitia a su pariente Agno­
        main,  hijo  de Tai, y a toda su gente.  Estos  son los jefes
        que tuvo: Eber, hijo de Tai, su hermano; Elloth, Laimhf-
        hind, y Glas, los tres hijos de Agnomain; Caicher, el drui­
        da, y Cing, los dos hijos de Eber, hijo de Tai. Treinta bar­
        cos fueron su flota, tres grupos en cada barco, de los que
        un grupo eran mujeres.
          138.  Viajaron hasta encontrar la isla del mar Caspio,
        donde  estuvieron  un  año.  Agnomain  murió  allí.  Poste­
        riormente se dirigieron al mar de Libis en un viaje de seis
        días de verano, que los hicieron remando desde la isla del
        mar Caspio. Allí encontraron una maravillosa isla, llama­
        da  Coronis,  donde permanecieron  un  año  y  tres  meses.
        Glas, hijo de Agnomain, murió al término de este tiem­
        po. Posteriormente se hicieron a la mar.
          139.  Estos  fueron  sus jefes:  Elloth y Laimhfhid, los
        dos  hijos  de  Agnomain;  por  esta  razón  fue  llamado
        Laimhfhind,  porque  las  lámparas  no  eran  tan  brillantes
        como  sus  manos  por  la  nocne  cuando  remaba;  Cine  y
        Caicher, los dos hijos de Eber, hijo   Tai. Fue Caicher
        quien encontró un remedio para ellos contra el canto de
        las sirenas, cuando se encontraban en el estrecho del mar
        Caspio.  De esta guisa son estos monstruos marinos, tie­
        nen forma de mujer desde el ombligo hacia arriba, exce­
        diendo  a  cualquier  mujer  en  belleza  y  gracia  de  líneas,

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