Page 38 - Anónimo. - Leabhar Ghabhala - Libro de las invasiones [1988]
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daron  aterrorizados  ante  la noticia...  Cada  uno  de  ellos
        preguntó a Noé si le permitiría ir en el arca con él hasta
        que el Diluvio terminara. Noé les dijo que él no tenía nin­
        gún poder para decir quién podría subir al arca, solamen­
        te  lo  que  Dios,  El  mismo  nabía  ordenado:  «porque  no
        será  un  barco  de  ladrones  ni  una  cueva  de  bandidos».
          10.  Entonces  se  reunieron  con  Cesair  para  recibir
        consejo sobre la forma en que deberían de actuar para sal­
        varse del Diluvio.
          «Someteros  a  mí»,  dijo  la  joven  Cesair,  «y  yo  os
        aconsejaré».
          «Seremos tuyos», dijeron ellos.
          «Tomad un ídolo», dijo  ella,  «adoradlo, y abandonad
        el Dios de Noé».
          11.  Lo aceptaron. Cogieron un ídolo, y lo adoraron,
       y  abandonaron al Señor siguiendo  el consejo  de  Cesair.
        El  siguiente  consejo  fue  que  construyeran  un  barco,  y
        que navegaran rumbo a Irlanda. Así lo hicieron; no obs­
        tante,  ni  ellos  ni  su  ídolo  sabían  cuando  el  Diluvio
        llegaría.
          12.  Tres hombres y cincuenta doncellas se embarca­
        ron en aquel barco con Cesair. Un martes, considerando
        los  días  ae la semana,  se embarcaron.  Después  remaron
        desde Meroe Island, escapando del Diluvio, hasta el mar
       Tirreno.  Dieciocho  días  estuvieron  en  el  mar  Caspio.
        Después veinte días hasta que llegaron al mar de Cime-
        ria. Un día para alcanzar Asia Menor, entre Siria y el mar
        Tirreno. Veinte días después para llegar a los Alpes. Die­
        ciocho días desde los Alpes a España. Nueve días desde
        España  a  Irlanda.  Un  sábado  alcanzaron  Irlanda,  en  el
        quinceavo  día de la luna; y  el lugar donde desembarca­
        ron fue Dan na mBarc  en  Coreo Duibhne.  Estaban lle­
        nos  de  alegría por su llegada a Irlanda, porque ellos  es-
       E
         eraban que cualquier lugar bueno o malo no  estaría li-
         re  del  Diluvio,  excepto  Irlanda,  que  además  se  encon­
        traba libre  de  reptiles  y monstruos  hasta  ese momento;
        puesto  que  los  profetas  les  habían  mostrado,  antes  de
        abandonar  Oriente,  que  Irlanda  era  de  esta  manera.

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