Page 56 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN
otro lugar donde no los pudiera alcanzar la mano justiciera
del demos ateniense, el Anónimo pudo haber permanecido
en Atenas y ahí haber escrito su panfleto.
Empero, no se trataba de un oligarca tradicional, inge
nuamente impulsado por su odio profundo hacia la demo
cracia a ver errores y debilidades en mecanismos de control y
en actitudes que en realidad constituían la base del poder de
la democracia radical. Por ejemplo, la obligación de los alia
dos de trasladarse a Atenas para enfrentar ahí procesos capi
tales constituía, en realidad, un instrumento muy eficaz de
control político en las ciudades-estado que pertenecían a la
Liga délico-ática, pues con ello se pretendía hacer abortar
cualquier intento de sublevación y se protegía a los partida
rios del régimen de Atenas en las ciudades aliadas. Detrás de
una exposición aparentemente simple como ésta, se encuen
tra la enseñanza que los sofistas daban en relación con las
dialexeis o las antilogías, esto es, los razonamientos opuestos.
Con un razonamiento riguroso se podía demostrar que lo
que parece malo es en realidad bueno, y lo que parece injus
to lo es sólo desde un punto de vista, pero justo desde una
posición contraria. Un ejercicio del intelecto como ése es
muy útil en una lucha sorda por el poder.
Hombres como el autor de la Constitución de los atenienses
se encontraban detrás de los golpes de estado del 411 y del
404. Algunos de ellos (Antifonte, por ejemplo), sin interve
nir directamente en la actividad política, habían sido los au
tores intelectuales de esas revueltas aristocrático-oligárquicas,
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