Page 39 - Manual técnicas comerciales
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en desmedro, bueno, del ritmo, y cómo pueden algo así como distraer o,
hum, hasta irritar a la otra persona.
Para resolver este problema, haga una pausa cuando sienta que se le
aproxima uno de estos “rellenos”. No es necesario llenar el espacio con
sonido. Las pausas pueden ser poderosas cuando se las usa para dar énfasis,
en busca de un efecto teatral o, simplemente, para dar tiempo a que el
público lo siga. Otras ideas para liberarse de este hábito se señalan a
continuación:
• Escriba cada uno de sus “rellenos” habituales en varios papeles,
cruce la palabra con una gran X roja y pegue los papeles en lugares
bien visibles: teléfonos, espejos, calculadoras de bolsillo, en el
refrigerador...donde los vea. Hasta en la pulsera del reloj puede
llevar una versión en miniatura.
• Haga un pacto con alguien para que le dé un ligero codazo o le haga
una señal convenida cada vez que usted los use.
He aquí algunas reglas útiles para evitar un lenguaje que pueda ser
ofensivo:
• Cuidar el tratamiento con los apellidos. Si presenta al “señor
Fernández”, a su interlocutora debe presentarla como la “señora
Romero”, no como “María”. Y si presenta o se dirige a la mujer por
su nombre de pila, haga lo mismo con el hombre.
• Si en la casa hay personas con título, presentarlas sencillamente
como: “Un amigo, el ingeniero Chávez”, “Mi médico, el doctor
Saporta”, “Mi abogada, la señora Pereda”.
• Casi es innecesario decir hasta qué punto es lenguaje débil llamar
a una mujer chica, reina, chata, guapa.
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