Page 40 - Manual técnicas comerciales
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• Llamar a las personas por el nombre con que ellas mismas se han
presentado.
• No introducir por su cuenta diminutivos ni apodos coloquiales. No
llame Pedrito a Pedro, ni Pepa a Josefa.
¿CÓMO ESCUCHO?
Cabe preguntarse, en términos generales, hasta qué punto
escuchamos mal. La investigación demuestra que:
• Sólo usamos aproximadamente un cuarto de nuestra capacidad de
escuchar.
• Sólo usamos un décimo de nuestro potencial de memoria.
• En el término de ocho horas nos olvidamos de la mitad de lo que
hemos oído.
• Finalmente, olvidamos el noventa y cinco por ciento de lo que
hemos oído, a menos que algo nos lo recuerde después.
• Lo poco que recordamos, lo deformamos.
Cuando alguien se encuentra con usted por primera vez, ¿con qué tipo
de oyente, además, se encuentra? La pregunta es decisiva cuando de dar una
buena impresión se trata, porque si usted no sabe escuchar, no importa lo
bien vestido que esté ni lo dulce que sea su voz ni cuánta fuerza tenga su
lenguaje.
Al no saber escuchar puede comunicar falta de interés, aburrimiento,
indiferencia e incluso hostilidad. Saber escuchar bien es algo que atrae a la
gente y la hace sentir que se la valora y se la entiende.
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