Page 223 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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El simbolismo de la Tabla Bembina


  La  explicación  necesariamente  breve  que  ofrecemos  a  continuación  sobre  la  Tabla

  Bembina se basa en un compendio de los escritos de Kircher y se completa con más

  información  que  el  autor  de  este  libro  ha  recogido  de  los  escritos  místicos  de  los
  caldeos, los hebreos, los egipcios y los griegos. Los templos de los egipcios estaban

  diseñados  de  tal  manera  que  la  distribución  de  las  cámaras,  los  adornos  y  los

  utensilios  tenía  relevancia  simbólica,  como  lo  demuestran  los  jeroglíficos  que  los

  cubrían. Junto al altar, por lo general situado en el centro de cada habitación, estaba la
  cisterna de agua del Nilo que entraba y salía por tuberías invisibles. Allí también había

  imágenes  de  los  dioses  en  series  concadenadas,  acompañadas  de  inscripciones

  mágicas.  En  aquellos  templos  y  mediante  símbolos  y  jeroglíficos  se  instruía  a  los

  neófitos en los secretos de la casta sacerdotal.
       La Tabla de Isis era, en principio, una mesa o altar y sus emblemas formaban parte

  de los misterios que los sacerdotes explicaban. Se dedicaban mesas a distintos dioses y

  en este caso el honor le correspondió a Isis. La sustancia de la que estaban hechas las
  mesas por lo general variaba en función de la dignidad relativa de las divinidades. Las

  mesas consagradas a Júpiter y a Apolo eran de oro; las de Diana, Venus y Juno eran de

  plata; las de otros dioses superiores, de mármol, y las de las divinidades inferiores, de
  madera. También se hacían mesas de los metales correspondientes a los planetas que

  regían  los  distintos  celestiales.  Del  mismo  modo  que  se  extiende  sobre  la  mesa  del

  banquete  el  alimento  para  el  cuerpo,  en  aquellos  altares  sagrados  se  extendían  los

  símbolos  que,  cuando  se  comprendían,  alimentaban  la  naturaleza  invisible  del
  hombre.

       En su introducción a la tabla, Kircher resume su simbolismo con estas palabras:

  «Enseña,  en  primer  lugar,  toda  la  constitución  del  mundo  triple:  la  arquetípica,  la

  intelectual  y  la  perceptible.  Muestra  a  la  divinidad  suprema  moviéndose  desde  el
  centro  hacia  la  periferia  de  un  universo  constituido  por  objetos  tanto  perceptibles

  como inanimados, todos ellos animados y agitados por un único poder supremo al

  que llaman la Mente Paterna y representado mediante un símbolo triple. Aquí se ven
  también tres tríadas del Uno Supremo, cada una de las cuales manifiesta un atributo de

  la primera Trimurti. A estas tríadas se las llama el fundamento o la base de todas las

  cosas.  En  la  Tabla  también  se  presenta  el  arreglo  y  la  distribución  de  las  criaturas

  divinas que colaboran con la Mente Paterna en el control del universo. Aquí [en el
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