Page 252 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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templo original, diseñado como una miniatura del universo, estaba dedicado a la luna,

  el símbolo oculto de la generación.



       3. Cuando lo exiliaron de Atenas, Fidias, el más importante de todos los escultores
  griegos, se dirigió a Olimpia, en la provincia de Élida, donde diseñó su estatua colosal

  de  Zeus,  el  dios  más  importante  de  Grecia.  Actualmente  ni  siquiera  existe  una

  descripción precisa de aquella obra maestra y apenas unas cuantas monedas de oro

  ofrecen  una  idea  inadecuada  de  su  aspecto  general.  El  cuerpo  del  dios  estaba
  recubierto de marfil y sus vestiduras eran de oro batido. Se supone que en una mano

  sostenía  un  globo  con  una  figura  de  la  diosa  de  la  Victoria  y  en  la  otra  un  cetro

  rematado por un águila. La cabeza de Zeus era arcaica, tenía una barba abundante y
  llevaba una corona de olivo. La estatua estaba sentada en un trono con adornos muy

  elaborados. Como su nombre implica, el monumento estaba dedicado al espíritu del

  planeta Júpiter, uno de los siete Señores Creativos que se inclinan ante el Señor del
  Sol.




       4.  Éliphas  Lévi  incluye  el  Templo  de  Salomón  entre  las  siete  maravillas  del
  mundo;  le  da  el  lugar  que  ocupaba  el  Pharos  o  Faro  de  Alejandría.  El  Pharoa  que

  recibe el nombre de la isla en la que estaba situado, fue diseñado y construido por

  Sostrates  de  Cnido  durante  el  reinado  de  Ptolomeo  (283-247  a.  de  C.)  Según  las
  descripciones, era de mármol blanco y medía más de ciento ochenta metros de altura.

  Incluso en aquella época, costó casi un millón de dólares. Se encendían fuegos encima

  para  que  pudiera  ser  visto  desde  mucha  distancia  en  el  mar.  Fue  destruido  por  un
  terremoto en el siglo XIII, aunque quedaron restos visibles hasta el año 1350. Como

  era la más alta de las siete maravillas, naturalmente fue asignada a Saturno, el padre de

  los dioses y verdadero iluminador de toda la humanidad.



       5. El Mausoleo de Halicarnaso era un monumento espléndido erigido por la reina

  Artemisia en memoria de su difunto esposo, el rey Mausolo, de cuyo nombre deriva la
  palabra  mausoleum.  El  edificio  fue  diseñado  por  Sátiros  y  Piteos  y  se  contrataron

  cuatro escultores importantes para ornamentado. Medía treinta y cinco metros de largo

  y veintiocho de ancho, estaba dividido en cinco sectores principales (los sentidos) y
  coronado  por  una  pirámide  (la  espiritualidad  del  hombre).  La  pirámide  tenía

  veinticuatro escalones (un número sagrado) y sobre el vértice había una estatua del

  rey Mausolo en un carro de guerra. Su figura medía tres metros de altura. Varias veces

  se ha intentado reconstruir el monumento, que fue destruido por un terremoto, pero
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