Page 292 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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reunía en sí todos los números. La llamaban la esfera del aire, porque rodeaba los
números como el aire rodea la tierra. Algunas de las divinidades que participaban, en
mayor o menor grado, de su naturaleza eran Prometeo, Vulcano, Juno, la hermana y
esposa de Júpiter, Peán y Aglae, Tritogenia, Curetes, Proserpina, Hiperión y
Terpsícore (una de las musas).
El nueve era considerado maligno, por ser un seis invertido. Según los Misterios
eleusinos, era el número de esferas que tenía que atravesar la conciencia en su camino
hacia el nacimiento. Por su gran similitud con un espermatozoide, el nueve se ha
asociado con la vida germinativa.
La década, o el 10, es, según los pitagóricos, el mayor de los números no solo por
ser la tetractys (los diez puntos), sino porque abarca todas las proporciones
aritméticas y armónicas. Pitágoras decía que diez es la naturaleza del número, porque
todas las naciones lo tienen en cuenta y cuando llegan a él regresan a la mónada. A la
década se la llamaba tanto cielo como el mundo, porque aquel incluye a este. Al ser
un número perfecto, los pitagóricos lo aplicaban a todo lo relacionado con la edad, la
fuerza, la fe, la necesidad y el poder de la memoria. También lo llamaban fresco,
porque, como Dios, era inagotable. Los pitagóricos dividían los cuerpos celestes en
diez órdenes. También afirmaban que la década perfeccionaba todos los números y
que incluía en su interior la naturaleza de lo impar y de lo par, lo movible y lo
inmóvil, el bien y el mal. Asociaban su poder con las divinidades siguientes: Atlas
(porque llevaba los números a la espalda), Urania, Mnemósine, el Sol, Fanes y el
Único Dios.
Es probable que el sistema decimal se remonte a la época en la que era habitual
contar con los dedos: una de las formas de calcular más primitivas, que siguen usando
numerosos pueblos aborígenes.