Page 294 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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El dibujo original del cual se extrajo esta lámina es denominado «la mano del filósofo

  que se extiende a aquellos que entran en los Misterios». Cuando el discípulo del Gran
  Arte contempla por primera vez esta mano, se cierra; y debe descubrir un método para

  abrirla antes de que pueda ser revelado el misterio que ésta contiene en su interior. En

  la alquimia, la mano representa la formula para preparar el tincture physicorum. El

  pez  es  mercurio  y  el  mar  limitado  por  las  llamas  dentro  del  cual  nada,  es  azufre;
  mientras que cada uno de los dedos carga el emblema de un Agente Divino a través de

  cuyas operaciones combinadas se cumple la Gran Obra. El artista desconocido dice

  sobre  el  diagrama:  «Por  esta  mano  los  sabios  juran  que  no  enseñaran  el  Arte  sin
  parábolas». Para los Cabalistas, la figura representa la operación del Poder Único (el

  pulgar coronado) en los cuatro mundos (los dedos con sus emblemas). Además de sus

  significados  alquímicos  y  cabalísticos,  la  figura  simboliza  la  mano  con  la  cual  un
  Maestro Mason “levanta” al martirizado Constructor de la Casa Divina.

       Filosóficamente,  la  llave  representa  a  los  Misterios  como  tal,  sin  cuya  ayuda  el

  hombre no puede abrir los numerosos aposentos de su propio ser. La linterna es el

  conocimiento humano, el cual es una chispa del Fuego Universal capturado en una
  vasija hecha por el hombre; es la luz de aquellos que moran en el universo inferior y,

  con cuya ayuda, buscan seguir los pasos de la Verdad. El sol, que puede llamarse la

  “luz  del  mundo”,  representa  la  luminiscencia  de  la  creación  a  través  de  la  cual  el

  hombre puede conocer el misterio de todas las criaturas que se expresan a través de la
  forma y el número. La estrella es la Luz Universal que revela las verdades cósmicas y

  celestiales. La corona es la Luz Absoluta —desconocida y no revelada— cuyo poder

  brilla a través de todas las luces inferiores que no son nada más que chispas de este
  Resplandor Eterno. De este modo se expone la mano derecha, o el principio activo, de

  la Deidad, cuyas obras están todas contenidas dentro del “hueco de Su mano”.
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