Page 315 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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piel de cordero pura representa la regeneración de las fuerzas de la
procreación y su consagración al servicio de la divinidad. El tamaño del
mandil, sin contar el faldón, lo convierte en el símbolo de la salvación,
porque, según los Misterios, tiene que tener unos 900 centímetros cuadrados.
El mandil que aparece sobre estas líneas incluye gran cantidad de
símbolos: la colmena, emblema de la propia logia masónica; la llana, el
mazo y el tablero de dibujo; las piedras picadas y las cuadradas; las
pirámides y las montañas del Líbano; los pilares, el templo y el suelo tipo
tablero, y la estrella flamígera y las herramientas de la Orden. Ocupan el
centro del mandil un compás y una escuadra, que representan el
macrocosmos y el microcosmos, y la serpiente alternativamente blanca y
negra de la luz astral. Debajo hay una rama de acacia con siete ramitas, que
representa los centros vitales del hombre superior y el inferior. La calavera es
un recordatorio constante de que la naturaleza espiritual solo se libera
después de la muerte filosófica de la personalidad sensual del hombre.
Hiram, como Maestro de los Constructores, dividió a sus obreros en tres grupos,
denominados aprendices, compañeros y maestros. Dio a cada división determinadas
contraseñas y señales mediante las cuales se pudieran determinar rápidamente las
excelencias de cada uno. Aunque todos se clasificaban según sus méritos, algunos
estaban descontentos, porque deseaban un puesto más elevado del que eran capaces
de ocupar. Al final, tres compañeros más osados que los demás decidieron obligar a
Hiram a revelarles la contraseña del grado de maestro. Sabiendo que Juram siempre
entraba en el sanctasanctórum inacabado a mediodía para rezar, aquellos villanos,
llamados Jubelas Jubelus y Jubelon, lo esperaron, uno en cada una de las puertas
principales del templo. Cuando Hiram estaba a punto de salir del templo por la puerta
sur, de pronto le hizo frente Jubelas, armado con un medidor de sesenta centímetros.
Cuando Hiram se negó a revelarte la palabra del maestro, el rufián lo golpeó en la
garganta con la regla; entonces, el maestro herido se dirigió rápidamente a la puerta
occidental, donde Jubelus, armado con una escuadra, lo aguardaba con la misma
pregunta. Otra vez Hiram guardó silencio y el segundo asesino lo golpeó en el pecho
con la escuadra. Entonces Hiram se dirigió tambaleándose a la puerta oriental, donde
encontró a Jubelon, armado con una maza. Cuando Hiram se negó a decirle la palabra
del maestro, Jubelon lo golpeó en medio de los ojos con el mazo y Hiram cayó