Page 340 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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las cosas como son. Sus corrientes infinitas miden el universo y fluyen hacia nuestros
telescopios desde estrellas situadas a trillones de kilómetros de distancia. Por otra
parte, desciende hasta objetos increíblemente pequeños y revela en el microscopio
objetos cincuenta millones de veces más pequeños que los que se pueden ver a simple
vista. Como todas las demás fuerzas y sus movimientos son maravillosamente
delicados, aunque penetrantes y poderosos. Sin su influencia vivificante, la vida
vegetal, animal y humana debe desaparecer de la tierra de inmediato y todo se arruina.
Nos vendrá bien, pues, tener en cuenta este principio potencial y hermoso de la luz y
los colores que la componen, porque cuanto más penetremos en sus leyes internas,
más se presentará como un depósito maravilloso de poder para vitalizar, curar,
mejorar y deleitar a la humanidad». [76]
Como la luz es la manifestación física básica de la vida y baña con su resplandor
toda la creación, es sumamente importante comprender, al menos en parte, la
naturaleza sutil de esta sustancia divina. Lo que se llama luz en realidad es una
velocidad de vibración que provoca reacciones determinadas en el nervio óptico.
Pocos se dan cuenta de que están emparedados por las limitaciones de las
percepciones sensoriales. La luz no solo es mucho más de lo que nadie haya visto
nunca, sino que también hay formas desconocidas de luz que ningún equipo óptico
registrará jamás. Existen innumerables colores que no se pueden ver, así como hay
sonidos que no se pueden oír, olores que no se pueden oler, sabores que no se pueden
degustar y sustancias que no se pueden sentir. El hombre está rodeado por un
universo supersensible del cual no sabe nada, porque sus centros de percepción
sensorial no se han desarrollado lo suficiente para reaccionar a las velocidades de
vibración más sutiles que constituyen dicho universo.
Tanto entre los pueblos civilizados como entre los salvajes se acepta el color como
un lenguaje natural para expresar doctrinas religiosas y filosóficas. La antigua ciudad
de Ecbatana, como la describe Heródoto, con sus siete murallas pintadas según los
siete planetas, revelaba el conocimiento que poseían los magos persas sobre este tema.
El famoso zigurat o torre astronómica del dios Nabo en Borsippa ascendía en siete
grandes escalones o fases, cada uno de los cuales estaba pintado del color
fundamental de uno de los cuerpos planetarios. [77] Por ende, resulta evidente que los
babilonios estaban familiarizados con el concepto del espectro en su relación con los
siete dioses o poderes creativos. En India, uno de los emperadores mogoles hizo
construir una fuente con siete niveles. El agua que caía a los lados por unos canales
distribuidos especialmente cambiaba de color al descender e iba pasando