Page 576 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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significaba que la naturaleza del sacerdote era receptiva y que tenía un recipiente en su
propia alma que, como si fuera una copa, podía recoger las aguas eternas de la Vida
que caían en él desde el cielo. Esta flor situada sobre la coronilla de su cabeza se
asemeja en su significado esotérico a la rosa que crecía en una calavera, tan famosa en
la simbología de los templarios. Los antiguos creían que la naturaleza espiritual que
huía del cuerpo ascendía a través de la coronilla; por consiguiente, el cáliz o la copa
con forma de flor simbolizaba también la conciencia espiritual. En el Rente de la
corona de oro estaba escrito en hebreo «consagrada a Yahveh».
Aunque las togas y los ornamentos aumentaban el respeto y la veneración de los
israelitas por su Sumo Sacerdote, todo aquel boato no significaba nada para Jehová.
Por consiguiente, antes de entrar en el Sanctasanctórum, el Sumo Sacerdote se quitaba
todas aquellas galas terrenales y se presentaba desnudo ante el Señor Dios de Israel.
Allí podía vestirse tan solo con sus propias virtudes y su espiritualidad debía
adornarlo como una prenda de vestir.
Cuenta la leyenda que quienquiera que por casualidad entrase en el
Sanctasanctórum sin estar limpio era destruido por un relámpago del fuego divino
procedente del trono de Dios. Si el Sumo Sacerdote tenía aunque solo fuera un
pensamiento egoísta, lo mataba. Como nadie sabe cuándo le puede pasar por la cabeza
un pensamiento inadecuado, había que tomar precauciones, por si el Sumo Sacerdote
moría cuando estaba en presencia de Jehová. Como los demás sacerdotes no podían
entrar en el santuario, cuando su líder estaba a punto de entrar a recibir las órdenes del
Señor, le ataban una cadena en tomo a uno de los pies, para que, si moría mientras
estaba detrás del velo, pudieran arrastrar su cadáver hacia fuera.