Page 581 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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todos se comprometieron a cumplir. La primera noma era que no asumirían más
dignidad ni crédito que la de estar disponibles para curar a los enfermos de forma
gratuita. La segunda era que, a partir de aquel momento, no se pondrían ninguna
prenda especial, sino que se vestirían de la manera habitual en el país en el que
viviesen. La tercera era que todos los años, en una fecha determinada, se reunirían en
la Casa del Espíritu Santo o que, de no poder hacerlo, enviarían una epístola para
representarlos. La cuarta exigía que cada miembro buscase un digno sucesor para
cuando falleciese. La quinta establecía que las letras «R. C.» serían su sello, su marca
y su carácter a partir de aquel momento. La sexta especificaba que la Fraternidad debía
seguir siendo desconocida para el mundo por un período de cien años
Después de jurar que cumplirían aquel código, cinco de los hermanos partieron a
tierras lejanas y un año después se marcharon otros dos, con lo cual el Padre C. R. C.
quedó solo en la Casa del Espíritu Santo. Año tras año se reunían con gran alegría,
porque habían promulgado sus doctrinas de forma sincera y discreta entre los sabios
de la tierra.
Cuando murió en Inglaterra el primero de la Orden, decidieron guardar en secreto
los lugares de enterramiento de sus miembros. Poco después el Padre C. R. C. reunió
a los seis que quedaban y se supone que entonces preparó su propia tumba simbólica.
Según consta en el Fama, ninguno de los hermanos que estaban vivos en el momento
en que se escribió sabía cuándo había muerto el Padre C. R. C. ni dónde estaba
enterrado. Su cuerpo fue descubierto por casualidad ciento veinte años después de su
muerte, cuando uno de los hermanos, que tenía considerables aptitudes para la
arquitectura, decidió introducir algunos cambios en la Casa del Espíritu Santo. [167]
Mientras introducía algunas modificaciones, el hermano descubrió una tablilla
conmemorativa que llevaba inscritos los nombres de los primeros miembros de la
Orden y decidió trasladarla a una capilla más imponente, porque en aquella época
nadie sabía en qué país había muerto el Padre C. R. C., ya que los miembros
originales habían ocultado esta información. Al tratar de retirar la tablilla
conmemorativa, que estaba sujeta por un clavo grande, se desprendieron algunas
piedras y parte del revoque, con lo cual quedó al descubierto una puerta oculta en la
pared. De inmediato, los miembros de la Orden quitaron el resto de los escombros y
destaparon la entrada a una cripta. Encima de la puerta, en letras grandes, estaban las
palabras: POST CXX ANNOS PATEBO, que, según la interpretación mística de los
hermanos, quería decir: «Saldré a la luz dentro de ciento veinte años».
A la mañana siguiente abrieron la puerta y los miembros entraron en una cripta