Page 585 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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vivían con discreción, trabajaban aplicadamente en sus oficios y profesiones y no
revelaban a nadie su afiliación secreta: en muchos casos, ni siquiera a sus propias
familias. Tras la muerte de C. R. C., parece que la mayoría de los hermanos no
disponían de un lugar central de reunión. Cualquiera que fuese el ritual de iniciación
que poseía la Orden, se guardó con tanto celo que no ha sido revelado más. Se
formulaba —sin duda— en terminología química.
Los esfuerzos por incorporarse a la Orden eran, en apariencia, vanos, porque los
rosacruces siempre elegían a sus discípulos, Cuando coincidían en que alguien haría
honor a su ilustre Fraternidad, se comunicaban con él de alguna manera misteriosa.
Tal vez recibiera una carta, ya sea anónima o con un sello peculiar, por lo general con
las letras «C.R C.» o «R. C.». Se le indicaría que fuese a un lugar determinado a una
hora señalada. Jamás revelaba lo que le habían dicho aunque en muchos casos, lo que
escribía posteriormente demostraba que había entrado en su vida una influencia
nueva, que profundizaba su entendimiento y ampliaba su intelecto. Algunos han
descrito de forma alegórica lo que veían cuando se encontraban en la augusta
presencia de los «Hermanos de la Rosa Cruz».
A veces, los alquimistas recibían en sus laboratorios la visita de misteriosos
desconocidos que pronunciaban doctas disertaciones sobre los procesos secretos de
las artes herméticas y, tras revelarles determinados procesos, se marchaban sin dejar
rastros. Otros sostenían que los Hermanos de la Rosa Cruz se comunicaban con ellos
mediante sueños y visiones y que les revelaban los secretos de la sabiduría hermética
mientras dormían. Una vez recibidas las enseñanzas, el candidato se veía obligado a
guardar secreto no solo con respecto a las fórmulas químicas que se le habían
revelado, sino también con respecto al método por el cual las había obtenido. Aunque
se sospechaba que aquellos expertos anónimos eran Hermanos de la Rosa Cruz, nunca
se pudo demostrar quiénes eran y los que recibían su visita solo podían hacer
conjeturas
Muchos sospechan que la rosa rosacruz era una adaptación de la flor de loto
egipcia e hindú, con el mismo significado simbólico que aquel símbolo más antiguo.
La divina comedia indica que Dante Alighieri estaba familiarizado con la teoría del
rosacrucismo. Al respecto, Albert Pike, en su Moral y dogma del rito escocés antiguo
y aceptado, hace la siguiente afirmación significativa: «Su Infierno no es más que un
Purgatorio negativo. Su cielo está compuesto por una serie de círculos cabalísticos,
divididos por una cruz, como el pentáculo de Ezequiel. En el centro de esta cruz se
abre una rosa y vemos el símbolo de los adeptos de la Rose-Croix por primera vez
expuesto públicamente y explicado de forma casi categórica».