Page 586 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Siempre ha habido dudas con respecto a si el nombre «rosacruz» procedía del
símbolo de la rosa y la cruz o si era una mera pantalla para engañar a los profanos y
ocultar más el verdadero significado de la Orden. Godfrey Higgins cree que la palabra
«rosacruz» no deriva de la flor, sino de la palabra ros, que quiere decir «rocío».
También interesa destacar que la palabra ras significa «sabiduría», mientras que rus se
traduce como «ocultación». No cabe duda de que todos estos significados han
contribuido al simbolismo rosacruz.
A. E. Waite coincide con Godfrey Higgins en que el proceso de formación de la
piedra filosofal con ayuda del rocío es el secreto oculto en el nombre rosacruz. Es
posible que el rocío al que se refiere sea una sustancia misteriosa que hay en el
cerebro humano, muy parecida a la descripción que dan los alquimistas del rocío que,
tras caer del cielo, redimía a la tierra. La cruz representa el cuerpo humano y los dos
símbolos juntos —la rosa sobre la cruz— quieren decir que el alma del hombre se
crucifica sobre el cuerpo, donde la sostienen tres clavos.
Es probable que el simbolismo rosacruz sea una perpetuación de los principios
secretos del Hermes egipcio y que la Sociedad de los Filósofos Desconocidos sea el
verdadero eslabón que conecta la masonería moderna, con su cúmulo de símbolos,
con el antiguo hermetismo egipcio, que es el origen de aquel simbolismo. En su
Doctrine and Literature of the Kabalah, A. E. Waite hace la siguiente observación
importante: «Existen determinados indicios que apuntan a una posible conexión entre
la masonería y el rosacrucismo y esto, de ser admitido, constituiría el primer eslabón
de su conexión con el pasado. Sin embargo, las pruebas no son concluyentes o, como
mínimo, no se han podido desentrañar. La masonería per se, a pesar de la afinidad con
el misticismo que acabo de mencionar, jamás ha manifestado ningún carácter místico
ni tampoco tiene una idea clara de cómo consiguió sus símbolos».
Se sospecha que muchas de las personas relacionadas con la evolución de la
masonería eran rosacruces; algunos, como Robert Fludd, incluso escribieron en
defensa de esta organización. Frank C. Higgins, un simbolista masónico moderno,
escribe lo siguiente: «El doctor Ashmole, miembro de esta Fraternidad [los
rosacruces], es venerado por los masones como uno de los fundadores de la primera
Gran Logia de Londres». [169] Elias Ashmole no es más que uno de los numerosos
vínculos intelectuales que conectan el rosacrucismo con la génesis de la masonería. La
Enciclopedia Británica destaca que Elias Ashmole fue iniciado en la orden masónica
en 1646 y afirma además que fue «el primer caballero, o amateur, que fue
“aceptado”».