Page 588 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Fili se llaman a sí mismos “Hermanos de la Rosa Cruz”, los del Seculo Spiritus Sancti
se llamarán a sí mismos “Hermanos del Lirio Cruz” y “Caballeros del León Blanco”.
Entonces, las escuelas del saber volverán a florecer otra vez, pero por qué la primera
escogió su nombre y por qué las demás escogieron el suyo es algo que solo podrán
resolver los que posean un entendimiento asentado en la naturaleza».
Las aspiraciones políticas de los rosacruces se manifestaron a través de las
actividades de sir Francis Bacon, el conde de Saint Germain y el conde de Cagliostro.
Se sospecha que este último era un emisario de los Caballeros Templarios, una
sociedad muy dedicada al trascendentalismo, como ha destacado Éliphas Lévi. Según
una suposición popular, los rosacruces fueron, al menos en parte, instigadores de la
Revolución francesa. [172]
Tercer postulado
La tercera teoría adopta la forma de una negación radical del rosacrucismo y afirma
que la llamada Orden original no tuvo nunca ningún fundamento y que, en realidad,
no era más que un producto de la imaginación. Este punto de vista Se expresa mejor
mediante una serie de preguntas que todavía se formulan los investigadores de este
grupo esquivo de metafísicos. ¿Era la Hermandad Rosacruz una mera institución
mítica, fruto de la mente fecunda de algún cínico literario, con la intención de
ridiculizar las ciencias alquímicas y herméticas? ¿Existió alguna vez la Casa del
Espíritu Santo fuera de la imaginación de algún místico medieval? ¿Era toda la historia
de los rosacruces una sátira para burlarse de la credulidad de la Europa escolástica?
¿Era el misterioso Padre C. R. C. un producto del genio literario de Johann Valentin
Andreae o de alguna mente similar, que, al intentar criticar la filosofía alquímica y
hermética, se convirtió sin querer en una gran fuerza que favoreció la causa de su
promulgación? Apenas se duda de que por lo menos uno de los primeros documentos
de los rosacruces procedía de la pluma de Andreae, pero lo que sigue siendo objeto de
especulación es con qué finalidad lo compiló. ¿Acaso el propio Andreae habrá
recibido de alguna persona o personas desconocidas unas instrucciones que debía
cumplir? Si escribió Las bodas alquímicas de Christian Rosacruz cuando solo tenía
quince años, ¿acaso recibió ayuda en la preparación del libro?
No parece que vaya a haber respuesta a estas preguntas fundamentales. Bastantes
personas han aceptado la impostura espléndida de Andreae como una verdad
absoluta. Muchos sostienen que, en consecuencia, han surgido numerosas