Page 608 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 608
Los escritos de John Heydon se consideran una aportación de suma importancia al
material publicado por los rosacruces Es probable que John Heydon fuera pariente de
sir Christopher Heydon, «un rosacruz iluminado por un serafín», que, según creía el
difunto E Leigh Gardner, honorable secretario de la Sociedad Rosacruz de Anglia, era
la fuente de su conocimiento rosacruz. En su Bibliotheca Rosicruciana hace la
declaración siguiente con respecto a John Heydon: «En general, a partir de lo que
resulta evidente en sus escritos, parece haber pasado por el grado inferior de la Orden
R. C. y haberlo difundido en gran medida por el mundo». John Heydon viajó mucho
y estuvo en Arabia, Egipto, Persia y varias partes de Europa, según se narra en la
introducción biográfica a su obra The Wise-Mans Crown, Set with Angels, Planets,
Metáis, ele., or The Glory of the Rosie Cross, que, según declara él mismo, es la
traducción al inglés del misterioso libro M, que Christian Rosacruz llevó consigo
desde Arabia.
Thomas Vaughan [175] , otro paladín de la Orden, corrobora la afirmación de John
Heydon con respecto a la capacidad de los iniciados rosacruces de volverse invisibles
a voluntad: «La Fraternidad de la Rosa Cruz se puede mover en esta niebla blanca.
“Quien quiera comunicarse con nosotros debe poder ver en esta luz o, de lo contrario,
no podrá vernos jamás, a menos que nosotros lo queramos”».
La Fraternidad de la Rosa Cruz es un órgano augusto y soberano que manipula a
su antojo los símbolos de la alquimia, el cabalismo, la astrología y la magia para
alcanzar sus propios fines, pero de forma totalmente independiente de los cultos cuya
terminología emplea. Los tres objetivos fundamentales de la Fraternidad son los
siguientes:
1. La abolición de todas las formas monárquicas de gobierno y su
sustitución por la dirección de los filósofos elegidos. Las democracias actuales
son el resultado directo de los esfuerzos rosacruces de liberar a las masas del
dominio del despotismo. En la primera parte del siglo XVIII, los rosacruces
concentraron su atención en las nuevas colonias americanas, que entonces
estaban formando el núcleo de una gran nación en el Nuevo Mundo. La guerra
de la independencia estadounidense representa su primer gran experimento
político y trajo como consecuencia el establecimiento de un gobierno nacional
basado en los principios fundamentales de la ley divina y la natural. Como
recuerdo imperecedero de sus actividades secretas, los rosacruces dejaron el
Gran Sello de los Estados Unidos También fueron los instigadores de la
Revolución francesa, aunque en este caso no les fue del todo bien, porque no