Page 664 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Los tres grandes maestros: Hiram - Salomón - Hiram de Tiro
Los cuerpos geométricos: esfera - pirámide - cubo
Sustancias alquímicas: mercurio - azufre - sal
La versión alternativa del número 2 es la siguiente:
Los tres grandes maestros: Salomón - Hiram - Hiram de Tiro
En la alquimia se encuentra una vez más la perpetuación del Misterio universal,
porque tan seguro es que Jesús murió en la cruz, Hiram en la puerta occidental del
templo, Orfeo a orillas del Hebro, Christna a orillas del Ganges y Osiris en el ataúd
que le preparó Tifón, como que en alquimia no se puede conseguir la Gran Obra si
antes no mueren los elementos. Las etapas de los procesos alquímicos se pueden
encontrar en la vida y en las actividades de casi todos los salvadores y los maestros
del mundo y también en las mitologías de varias naciones Se dice en la Biblia que «el
que no nazca de lo alto (renazca) no puede ver el reino de Dios» y en alquimia se sabe
que, sin putrefacción, no se puede conseguir la Gran Obra. ¿Qué es lo que muere en
la cruz, es enterrado en la tumba de los Misterios y muere también en la retorta y se
vuelve negro al pudrirse? Además, ¿qué es lo que hace exactamente lo mismo en la
naturaleza del hombre para que este pueda resurgir, como el fénix, de sus propias
cenizas (caput mortuum)?
La solución que hay en la retorta alquímica, si se digiere durante un tiempo
determinado, se convierte en un elixir rojo, llamado «panacea universal». Parece un
agua ardiente y es luminoso en la oscuridad. Durante el proceso de digestión, pasa por
muchos colores y, por la iridiscencia que tiene durante uno de los períodos de su
digestión, lo llaman «pavo real». Si se incrementan demasiado sus poderes, el tubo de
ensayo que contiene la sustancia explota y se hace polvo. Esto suele ocurrir y es el
mayor peligro que entraña la preparación de la panacea para los hombres y los
metales. Si se llega demasiado lejos, también se puede filtrar a través del cristal, ya
que ningún recipiente físico es tan fuerte como para contenerlo, porque ha dejado de
ser una sustancia y se ha convertido en una esencia divina que participa del poder de
compenetración de la divinidad. Cuando está bien desarrollado, este disolvente