Page 786 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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grandes que superaba a los antiguos de tal manera que no era en modo alguno
inferior a los egipcios de los cuales se dice que superaban a todos los hombres
en entendimiento. […] Dios le permitió también aprender a expulsar a los
demonios, una ciencia útil y sanadora para él. También componía conjuros
con los cuales aliviaba las enfermedades. Nos legó la manera de usar los
exorcismos, con los cuales se expulsa a los demonios para que no vuelvan
nunca más, y este método de curación sigue teniendo mucha fuerza hasta el día
de hoy.
Los alquimistas medievales estaban convencidos de que el rey Salomón conocía
los procesos secretos de Hermes mediante los cuales se podían multiplicar los metales.
El doctor Bacstrom escribe que el Espíritu Universal (Hiram) ayudó al rey Salomón a
construir su templo, porque, como Salomón era versado en alquimia, sabía controlar
aquella esencia incorpórea y, haciéndola trabajar para él, hizo que el universo invisible
le proporcionara grandes cantidades de oro y plata, que muchos creyeron que se
habían extraído por métodos naturales.
Los misterios de la fe islámica están ahora al cuidado de los derviches, unos
hombres que han renunciado al mundo y han resistido la prueba de mil y un días de
tentación. Se atribuye a Jalal ad-Din, el gran filósofo y poeta sufí persa, la creación de
la Orden de los Mevlevi, o «derviches giróvagos», cuyos movimientos representan
exotéricamente los desplazamientos de los cuerpos celestes y esotéricamente
establecen un ritmo que estimula los centros de conciencia espiritual en el cuerpo del
bailarín.
Según el canon místico, siempre hay en la tierra un número determinado de
hombres santos que acceden a la comunión íntima con la divinidad. El que
ocupa la máxima posición entre sus contemporáneos recibe el nombre de
«Eje» (Qῡtb) o «Polo» de su tiempo. […] Subordinados al Qῡtb hay dos seres
santos que llevan el título de «los Fieles», que tienen un lugar asignado a su
derecha y a su izquierda, respectivamente. Por debajo de ellos hay un cuarteto
de «intermediarios» (Evtãd) y, en planos inferiores sucesivos, hay cinco
«luces» (Envãr) y siete «muy buenos» (Akhyãr). Ocupan el rango siguiente
cuarenta «ausentes» (Rijal-i-ghaib), también llamados «mártires» (Shusheda).
Cuando un Eje abandona esta existencia terrenal, lo sucede aquel de los Fieles
que ocupaba el puesto a su derecha. […] A aquellos hombres santos, también
designados colectivamente «Señores de Almas» y «Directores», les