Page 822 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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dedos de ancho y de espesor. Se guardaba en la cámara secreta de un palacio y se le

  tenía mucha veneración. Los españoles enriquecieron aquella cruz con oro y joyas y la
  llevaron a la catedral de Cuzco. Los templos mexicanos tienen forma de cruz y están

  orientados  hacia  los  cuatro  puntos  cardinales.  En  las  pinturas  del  Códice  Borgiano,

  Quetzalcóatl  aparece  clavado  en  la  cruz.  Algunas  veces  hasta  aparecen  los  dos

  ladrones  crucificados  con  él.  En  la  ilustración  75  del  segundo  volumen,  el  dios
  aparece  crucificado  en  los  cielos,  dentro  de  un  círculo  de  diecinueve  figuras:  el

  número  del  ciclo  metónico.  Una  serpiente  lo  está  dejando  sin  los  órganos

  reproductores En el Códice Borgiano (páginas 4, 72, 73 y 75), el dios mexicano se

  representa crucificado y clavado en la cruz y en otro lugar, colgado de ella y con una
  cruz en las manos. En un solo caso, en el que la figura no es solo un esbozo, la cruz es

  roja,  las  ropas  son  de  color  y  el  rostro  y  las  manos,  casi  negras  Si  aquel  era  el

  cristianismo  del  alemán  Nestorio,  ¿cómo  se  le  ocurrió  enseñar  que  el  salvador
  crucificado era negro? El nombre del Dios crucificado era Quetzalcóatl».

       La  crucifixión  del  Verbo  en  el  espacio  y  la  crucifixión  de  la  paloma  que  suele

  aparecer  en  el  simbolismo  religioso:  las  dos  nos  recuerdan  la  influencia  del
  paganismo.  No  cabe  duda  de  que  el  hecho  de  que  las  alas  extendidas  de  un  ave

  formen una cruz con respecto a su cuerpo es uno de los motivos por los cuales los

  egipcios usaban un ave para representar la naturaleza inmortal del hombre; a menudo

  aparece revoloteando sobre el cuerpo momificado del difunto, llevando en una de sus
  garras el símbolo de la vida y en la otra, el símbolo del aliento.






  Los clavos de la Pasión


  Los  tres  clavos  de  la  Pasión  están  presentes  en  el  simbolismo  de  muchas  razas  y

  credos y existen numerosas leyendas con respecto a ellos. Una de ellas cuenta que al

  principio había cuatro clavos, pero que un cabalista y mago hebreo hizo desaparecer

  uno de ellos cuando estaban a punto de atravesar con él el pie del Maestro y por eso
  fue necesario poner los pies cruzados. Según otra leyenda, uno de los clavos se clavó

  en  una  corona  y  sigue  todavía  como  diadema  imperial  de  una  casa  real  europea.

  También se dice que el freno de la brida del caballo de Constantino era uno de los
  clavos de la Pasión. Sin embargo, es poco probable que los clavos fueran de hierro,

  porque en aquella época lo habitual era usar estaquillas de madera aguzadas. Hargrave

  Jennings, en su Rosicrucians Their Rites and Mysteries, destaca que la marca o signo

  que  se  usaba  en  Inglaterra  para  indicar  los  bienes  de  la  realeza  consiste  ni  más  ni
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