Page 827 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Sometido a más críticas que ningún otro libro incorporado al Nuevo Testamento,
el Apocalipsis —por lo general atribuido a san Juan Evangelista— es, con diferencia,
el más importante pero menos conocido de los escritos gnósticos cristianos Aunque
según san Justino Mártir el Apocalipsis había sido escrito por «juan, uno de los
apóstoles de Cristo», ya se cuestionaba su autoría en el siglo II después de Cristo. En
el siglo III aquellas controversias se agudizaron y hasta Dionisio de Alejandría y
Eusebio se opusieron a la teoría juanina y declararon que tanto el Apocalipsis como el
Evangelio según san Juan fueron escritos por un tal Cerinto, que utilizó el nombre del
gran apóstol para que los cristianos aceptaran mejor sus propias doctrinas
Posteriormente, san Jerónimo cuestionó la autoría del Apocalipsis y, durante la
Reforma, Lutero y Erasmo hicieron resurgir sus objeciones En la actualidad, los
estudiosos más críticos no ven con buenos ojos la noción —en otra época
generalmente aceptada— de que el Apocalipsis sea una manera de dejar constancia de
una «experiencia mística» que le ocurrió a san Juan durante el exilio del profeta en la
isla de Patmos. Por consiguiente, se han propuesto otras explicaciones para justificar
el simbolismo que impregna el volumen y el motivo por el cual fue escrito. La más
razonable de estas teorías se puede resumir de esta forma:
En primer lugar y en base a las pruebas que se desprenden de su propio
contenido, bien se podría decir que el Apocalipsis es un escrito pagano: uno de los
libros sagrados de los misterios eleusinos o los frigios. Como corolario, el verdadero
autor de una obra que plantea las profundidades del misticismo egipcio y el griego
tuvo que ser él mismo un iniciado y, por consiguiente, estar obligado a escribir solo en
el lenguaje simbólico de los Misterios.
En segundo lugar, es posible que el Apocalipsis fuera escrito para conciliar las
discrepancias aparentes entre las filosofías religiosas de los primeros cristianos y las
de los paganos. Cuando los fanáticos de la primitiva Iglesia cristiana trataron de
cristianizar a los paganos, los iniciados paganos replicaron con un gran esfuerzo para
paganizar a la cristiandad. Los cristianos no consiguieron su objetivo, pero los
paganos sí. Con la decadencia del paganismo, los hierofantes paganos iniciados
transfirieron su base de operaciones al nuevo vehículo del cristianismo primitivo y
adoptaron los símbolos del nuevo culto para ocultar aquellas verdades eternas que
siempre son un bien inapreciable de los sabios. El Apocalipsis muestra con toda
claridad la consiguiente fusión del simbolismo pagano con el cristiano y sirve como
prueba irrefutable de las actividades de aquellas mentes iniciadas que actuaron durante
los primeros tiempos del cristianismo.
En tercer lugar, se ha planteado la teoría de que el Apocalipsis represente un