Page 828 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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intento de debilitar los Misterios cristianos, satirizando su filosofía, por parte de los

  miembros  poco  escrupulosos  de  cierta  orden  religiosa.  Esperaban  conseguir  tan
  nefando objetivo demostrando que la nueva fe no era más que una repetición de las

  antiguas  doctrinas  paganas,  acumulando  burlas  sobre  el  cristianismo  y  usando  sus

  propios símbolos para menospreciarlo. Por ejemplo, la estrella que cayó del cielo                                  [215]

  se podía interpretar como la estrella de Belén y su amargura —se llamaba Ajenjo y

  envenenó a la humanidad— podría representar las enseñanzas «falsas» de la Iglesia
  cristiana. Aunque esta última teoría ha adquirido cierto grado de popularidad, a causa

  de la profundidad del Apocalipsis el lector perspicaz llega a la conclusión inevitable

  de que es la menos plausible de las tres hipótesis. Para quienes consiguen atravesar el
  velo de su simbolismo, no hacen falta más pruebas para corroborar que el documento

  procede de una fuente inspirada.

       En  definitiva,  la  auténtica  filosofía  no  puede  estar  limitada  por  credos  ni  por

  facciones; es más: es incompatible con cualquier limitación artificial del pensamiento
  humano.  Por  consiguiente,  la  cuestión  de  si  el  origen  del  Apocalipsis  es  pagano  o

  cristiano no tiene mayor importancia, porque su valor intrínseco reside en que es una

  representación  magnífica  del  Misterio  Universal;  por  este  motivo,  san  Jerónimo

  anunció  que  se  puede  interpretar  de  siete  formas  totalmente  diferentes.  El  teólogo
  moderno, desconocedor del alcance del pensamiento antiguo, no puede hacer frente a

  la complejidad del Apocalipsis, porque, para él, esta obra mística no es más que una

  fantasmagoría  y  se  siente  muy  tentado  de  cuestionar  su  inspiración  divina.  En  el
  espacio limitado que tenemos a nuestra disposición, no podemos hacer más que un

  breve esbozo de algunas de las características más destacadas de la visión del profeta

  de  Palmos  Asimismo,  un  análisis  exhaustivo  de  los  diversos  Misterios  paganos
  contribuirá considerablemente a llenar los vacíos inevitables en este resumen.

       En el primer capítulo del Apocalipsis, san Juan describe al alfa y el omega, situado

  en  medio  de  los  siete  candelabros  de  oro.  Rodeado  por  sus  regentes  planetarios

  llameantes,  aquel  Uno  Sublime  representa  así,  en  una  sola  figura  impresionante  y
  misteriosa, todo el alcance del crecimiento evolutivo de la humanidad: el pasado, el

  presente y el futuro.

       «Las  primeras  etapas  de  la  evolución  terrenal  del  hombre  —escribe  el  doctor

  Rudolph Steiner— transcurrieron en una época en la que la tierra aún “ardía” y las
  primeras encarnaciones humanas se formaron a partir del elemento fuego; al final de

  su camino terrenal, el propio ser humano irradiará su ser interno hacia fuera de forma

  creativa,  mediante  la  fuerza  del  elemento  fuego.  Aquella  evolución  permanente  del
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