Page 830 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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corresponde a Cáncer, la puerta de los hombres, hasta el de Capricornio, que es la

  puerta de los dioses, se abre para él una puerta nueva en lo más alto del cielo y en el
  Zodiaco, bajo el cual giran los siete planetas; en una palabra, en el firmamento, o lo

  que los antiguos llamaban crystallinum primum, o cielo cristalino».

       Si las relacionamos con el sistema metafísico oriental, estas iglesias representan los

  chakras, o ganglios nerviosos, situados a lo largo de la columna vertebral. La «puerta
  del cielo» es el brahmarandra, un punto en la coronilla (el Gólgota), por el cual pasa

  el  fuego  espiritual  de  la  columna  hacia  su  liberación.  A  la  iglesia  de  Éfeso  le

  corresponde  el  muladhara,  o  ganglio  sacro,  y  a  las  demás  iglesias,  los  ganglios

  superiores, según el orden que se les da en el Apocalipsis. El doctor Steiner descubre
  una relación entre las siete iglesias y las divisiones de la raza aria. Según él, la iglesia

  de  Éfeso  representa  la  rama  de  los  archiindios;  la  iglesia  de  Esmirna,  la  de  los

  archipersas; la iglesia de Pérgamo, la caldeo-egipcio-semítica: la iglesia de Tiatira, la
  greco-latino-romana; la iglesia de Sardes, la teuto-anglo-sajona: la iglesia de Filadelfia,

  la eslava, y la iglesia de Laodicea, la maniquea. Las siete iglesias representan también

  las  vocales  griegas,  la  primera  y  la  última  de  las  cuales  son  el  alfa  y  el  omega.
  Discrepan  las  opiniones  sobre  el  orden  en  el  que  habría  que  relacionar  los  sietes

  planetas con las iglesias Algunas proceden de la hipótesis de que Saturno representa la

  iglesia de Éfeso, pero, si tenemos en cuenta que esta ciudad estaba consagrada a la

  diosa de la luna y también que la esfera de la luna es la primera por encima de la de la
  tierra, resulta evidente que los planetas deberían ascender, siguiendo el orden antiguo,

  desde  la  luna  hasta  Saturno.  Desde  Saturno,  el  alma  ascendería  naturalmente  y

  atravesaría la puerta para entrar en el empíreo.
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