Page 18 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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del  proyecto.  Como  conozco  el  asunto  suficientemente  para  saber  de
                antemano, y con seguridad, cuales serían esas consecuencias, Voy a hacer
                patrióticamente obsequio de mi ciencia al Sr. José Cabral y a la Asamblea
                Legislativa de la cual es ornamento.

                      Comienzo por una referencia personal, que considero, por necesaria, no
                deber evitar. No soy masón, ni pertenezco a ninguna otra Orden semejante o
                diferente.  No  soy,  sin  embargo,  antimasón,  pues  lo  que  sé  del  asunto  me
                lleva  a  tener  una  idea  absolutamente  favorable  de  la  Orden  Masónica.  A
                estas  dos  circunstancias,  que  en  cierto  modo  me  habilitan  a  poder  ser
                imparcial en la materia, se agrega la de que, en virtud de ciertos estudios
                míos, cuya naturaleza se confina con la parte oculta de la Masonería —parte
                que nada tiene de político o social—, fui necesariamente llevado a estudiar

                también  este  asunto:  asunto  muy  bello,  pero  muy  difícil,  sobre  todo  para
                quien lo estudia desde afuera. Teniendo yo, sin embargo, cierta preparación,
                cuya  naturaleza  no  me  propongo  indicar,  pude  ir,  si  bien  lentamente,
                comprendiendo  lo  que  leía  y  sabiendo  meditar  lo  que  comprendía.  Puedo
                hoy decir, sin que abusé de exceso de vanidad, que poca gente habrá, fuera
                de la Masonería, aquí o en cualquier otra parte, que tanto haya conseguido
                adentrarse en el alma de aquella vida, y por lo tanto, y subsecuentemente, en

                sus aspectos por así decir externos.
                      Si  hablo  de  mí,  de  este  modo,  es  para  que  el  Sr.  José  Cabral  y  los
                compañeros legisladores sepan perfectamente quién les esta hablando, y qué
                es  lo  que  van  a  leer,  si  quisieren,  es  escrito  por  quien  sabe  lo  que  está
                escribiendo.  No  significa  que  lo  que  voy  a  decir  exija  profundos
                conocimientos  masónicos:  es  materia  puramente  de  superficie,  de  la  vida
                externa  de  la  Orden.  Exige  sin  embargo  conocimientos,  y  no  ignorancias,
                fantasías o mentiras.

                      Comienzo  en  serio.  Creo  no  errar  al  presumir  que  el  Sr.  José  Cabral
                supone que la Masonería es una asociación secreta. No lo es. La Masoneria
                es una Orden secreta o, con plena propiedad, una Orden Iniciática. El Sr.
                José Cabral no sabe, probablemente, en qué consiste la diferencia. Pues el
                mal es ese: no sabe. De mí, por lo menos, no recibirá la luz. Le proveo, en
                todo  caso,  una  especie  de  media  luz,  cualquier  cosa  como  la  «tiniebla
                visible» de cierto gran ritual: Le voy a insinuar lo que es esa diferencia por

                lo que en lenguaje masónico se llama «términos de substitución».
                      La Orden Masónica es secreta por una razón indirecta y derivada —la
                misma razón por la cual eran secretos los Misterios antiguos, incluyendo los
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