Page 13 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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igualitaria, sino de todo lo que, de origen judío o no judío, pueda de hecho,
debidamente utilizado, servir para disolver la civilización tradicional, greco-
romana y cristiana, de Europa y del mundo europeizado. Y legítimamente se
ha aprovechado, pues a los judíos les cabe los mismos derechos que a los
otros pueblos: el derecho de defensa y el derecho de imperio: el primero en
absoluto, el segundo se lo concedemos a los otros. Ni fueron los judíos o la
Masonería, o cualquier otra fuerza extraña, lo que provocó o podría provocar
la Revolución Francesa, o la Revolución Rusa, o cualquier otra verdadera
Revolución. Las revoluciones son provocadas por el Poder tiránico que las
transforma, pasado cierto punto, en inevitables. Fue la tiranía del Antiguo
Régimen lo que hizo la Revolución Francesa. Fue la tiranía del Zarismo lo
que hizo la Revolución Rusa. Las fuerzas extrañas no hicieron más que
aprovecharse, conforme pudieron, de la materia social incoordinada en que
las tiranías, después de las revoluciones que provocaron, dejaron los pueblos
que regían.
El problema de los orígenes de la Masonería y sobre todo del Grado de
Maestro, que es su punto de apoyo, es confuso y oscuro en última instancia:
nadie, fuera o dentro de la Orden, se puede enorgullecer de haber encontrado
para él una solución, simple o compuesta, que satisfaga sino a quien la dio.
Una cosa sin embargo se puede afirmar: la Masonería no es una Orden
judaica, y el contenido de los grados fundamentales que vulgarmente llaman
simbólicos, no es judaico en espíritu, sino sólo en forma. Si se quisiere dar
un nombre de origen a la Masonería, lo máximo que se podrá decir es que
ella es, en cuanto a la composición de los grados simbólicos, plausiblemente
un producto del protestantismo liberal y en cuanto a la redacción de ellos,
ciertamente un producto del siglo dieciocho inglés, en toda su chatura y
banalidad. El cuadro judaico de los tres grados y el escenario judaico del
drama del Tercero pueden ser considerados naturales en una tierra y en un
tiempo protestantes. El protestantismo fue, precisamente, la emergencia,
dentro de la religión cristiana, de los elementos judaicos, en perjuicio de los
greco-romanos; por eso se sirvió siempre abundantemente de citas, tipos y
figuras extraídas del Viejo Testamento. Pero nadie cree o dice que la
Reforma, se piense de ella lo que se piense, fuese un movimiento judaico.
Aparte de esto, los dos primeros grados masónicos, no conducen
definitivamente a ningún lugar; y el gran misterio del Grado de Maestro —
que es, por así decir, la Rosa de toda la Cruz Masónica— es un símbolo vital
pero abstracto, que cada cual puede interpretar en el sentido que quiera. Y